Menos de 24 horas tardó el líder del PP, Mariano Rajoy, en desvelar sus intenciones: la subida "temporal y limitada" de impuestos que anunció el viernes el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se va a convertir en el principal eje de la labor de oposición de los conservadores en los próximos meses. El PP es plenamente consciente de que hay pocas banderas tan impopulares como la del incremento de la presión fiscal, y está dispuesto a enarbolar el estandarte del rechazo a tal medida hasta las últimas consecuencias. Sin tregua. Rajoy lo dejó ayer claro: su partido se opondrá "a cualquier subida de impuestos que proponga" Zapatero. A cualquiera.

La declaración de intenciones se produjo en el tradicional acto de apertura del curso político que el líder conservador protagonizó, como ha venido haciendo en los últimos cuatro años, en el castillo de Sotomayor (Pontevedra). Allí, Rajoy aseguró que un incremento de los tributos trae- rá como consecuencia "más recesión y más paro", apelando directamente a los temores del elector medio. Agregó que el Ejecutivo pretende "dar una vuelta de tuerca a la maltrecha situación de las familias y las empresas" y, subiendo un peldaño más en la escalera del populismo, sentenció: "Los españoles van a tener que pagar los errores y las gracietas de Zapatero".

"UNA MAQUINA DE GASTAR" Hizo Rajoy mucho hincapié en presentar a su partido como un modelo de "austeridad" frente al derroche del Gobierno, al que describió como "una máquina de gastar dinero". Un dinero, añadió, que no tiene. "Está hipotecando a los españoles", denunció, antes de asegurar que el "desplome" económico de España "no tiene parangón".

Los ataques de Rajoy al Gobierno no se limitaron a la gestión de la crisis. También salieron a colación, entre otras cuestiones, el reciente acuerdo de financiación autonómica --"que no es un acuerdo, sino una imposición", apuntó-- y, de forma destacada, el caso de la presunta persecución de que el PP asegura ser objeto por parte del Ejecutivo. El líder conservador deploró que se trate de "asustar" a su partido "con detenciones televisadas y con procesos que, de momento, acaban en nada", y acusó a la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, de haber "ordenado desde América a la fiscalía que persiga a sus adversarios políticos".

LA PANDEMIA Ni siquiera la actuación del Gobierno frente a la pandemia de gripe A quedó al margen de las diatribas de Rajoy, quien señaló que es "difícil" que en este asunto el Ejecutivo socialista "esté a la altura de las circunstancias". El líder conservador exigió que se fije un protocolo único de actuación para todo el país, al igual que han hecho otros países europeos, porque la enfermedad, subrayó, "no entiende de autonomías"; reclamó al Gobierno que elabore un plan de vacunaciones para toda España y defina "con claridad" los grupos de riesgo; y solicitó, que se dé un mensaje claro a los padres sobre cómo se va a actuar en los colegios.

El PP, así lo anunció Rajoy, celebrará en este cuatrimestre una convención programática para concretar las propuestas del partido y definir la estrategia política de los próximos meses. El objetivo final, apuntó el líder conservador, es demostrar a la sociedad que los populares "están preparados para formar un Gobierno que esté a la altura de lo que quieren todos los españoles". Y añadió: "Esta gran nación se merece un Gobierno infinitamente mejor del que tiene".