Que la salud del pacto antiterrorista es "mejorable", como ha diagnosticado José Luis Rodríguez Zapatero, ya se constató el miércoles en un tormentoso pleno del Congreso. Lo que ayer se evidenció es que la cura de sus males aún está por descubrir. Después de que el Ejecutivo invitara a los populares a convocar la comisión de seguimiento del pacto anti-ETA para superar sus diferencias, el líder del PP, Mariano Rajoy, puso trabas a esa reunión al imponer condiciones que el Gobierno asegura no poder cumplir. Rajoy anunció que bloqueará la reunión hasta que Zapatero actúe contra EHAK.

La pugna entre PP y PSOE pivota en torno a la irrupción del Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK en euskera) en el Parlamento de Vitoria. Rajoy, que en la campaña electoral vasca pidió sin éxito al Gobierno una reunión del pacto antiterrorista para hablar de esta lista de EHAK, para la que Batasuna pidió el voto, supeditó ayer la convocatoria de la comisión de seguimiento a que antes el Gobierno de Zapatero promueva ante el Tribunal Supremo la ilegalización de este partido. "No estoy dispuesto a ir a esa reunión para ver de qué hablar. Que el Gobierno interponga el recurso y luego ya veremos", dijo Rajoy.

En una carta remitida ayer al presidente del Gobierno, Rajoy sostiene que si los electos de EHAK toman posesión del escaño se producirá "no sólo una burla a la democracia, sino un gravísimo retroceso en la lucha antiterrorista". El líder del PP exige a Zapatero que, "en defensa de la democracia" no deje correr los plazos legales y acuda al Supremo "antes de que los representantes de los terroristas entren a formar parte de una institución democrática".

EL MINISTRO PIDE "SENSATEZ" El ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, exigió a Rajoy que tenga "un poquito de sensatez y de sentido común", y la vicepresidenta, Teresa Fernández de la Vega, ratificó que el Ejecutivo carece de elementos probatorios para impugnar esta candidatura aberzale.