Mariano Rajoy pronunció ayer una conferencia en Santander. O sea, su tercer acto desde que el alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, se desmarcase con unas declaraciones machistas sobre la ministra Leire Pajín. ("Cada vez que veo esa carita y esos morritos pienso en lo mismo"). Y fue la tercera ocasión que decidió desaprovechar el jefe de los populares para desautorizar los exabruptos de su compañero de partido. Pero Rajoy dejó clara su opinión en un SMS que envió a León de la Riva: "Mucho ánimo, Javier. Te doy mi apoyo", apuntaba, según publicó El Mundo, citando fuentes del grupo municipal popular vallisoletano.

Al parecer, fue el propio alcalde quien comentó a sus ediles que tenía el respaldo del líder. Ningún dirigente del PP quiso confirmar o desmentir ayer este extremo ante los micrófonos, alegando que desconocen el contenido de la correspondencia o las conversaciones privadas de su presidente. Claro que tampoco salió a la palestra para desmentir al alcalde, por lo que parece evidente que Rajoy, además de tolerar este comportamiento, haya respaldado a quien hizo gala del mismo.

León de la Riva se disculpó la semana pasada y ayer, de nuevo, ante la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), donde los socialistas aceptaron sus excusas. Pajín aseveró en RNE estar "esperanzada" con la reacción social que había conllevado el ataque recibido y que no pensaba dedicarle más tiempo al asunto.

CONTRATAQUE Pero los populares se han dedicado en las últimas horas a hacer hincapié en que "otros" también insultan y no se retractan. Aludían así al alcalde socialista Pedro Castro --que tachó de "tontos de los cojones" a los votantes del PP-- y al ministro José Blanco --que tuvo que matizar su frase: "A los del PP se les ve el plumero. Bueno, a Rajoy no es difícil"--. Ante esto, dirigentes como María Dolores de Cospedal o Soraya Sáenz de Santamaría exigieron a Blanco una rectificación, por entender que aludía a la supuesta condición sexual de Rajoy. El titular de Fomento explicó en Onda Cero que se refería a su agenda oculta, la que, según él, aplicaría si llegase al poder.