La pérdida del Gobierno de Galicia, un severo revés para el PP que se suma a los fracasos electorales del 14-M y de Euskadi, ha aumentado la intensidad de las voces que dentro de las filas del partido de Mariano Rajoy reclaman un cambio de rumbo. La última fue ayer la de Josep Piqué, que planteó que el PP tenga "un abanico más amplio" de voces que las de Angel Acebes y Eduardo Zaplana, dos dirigentes a los que, admitió, "se identifica con una etapa muy concreta que conecta con el pasado la fase final del mandato de Aznar, en la que los populares adoptaron su línea más dura".

Rajoy tardó apenas unas horas en enmendar la plana a Piqué, a pesar de que se encontraba en Singapur para conocer si Madrid es designada sede de los Juegos Olímpicos del 2012. Por eso escogió la vía de hacer público un comunicado en el que, además de expresar "toda" su confianza en Acebes y Zaplana, califica las palabras del presidente del PPC de "sorprendentes y equivocadas", y le avisa de que no aceptará que la unidad por la que ha trabajado dentro de las filas populares "se ponga en riesgo por nadie".

MATAS, EL PRIMERO Pese al enfado de Rajoy, la reflexión del líder de los populares catalanes, realizada en Catalunya R dio, no fue un salto al vacío. La víspera, el presidente de Baleares, Jaume Matas, ya había abogado por abrir "una nueva etapa" en el PP para volver a conectar con las preocupaciones de los ciudadanos. Piqué se sumó a esta petición, a sabiendas además de que Rajoy medita cambios en el PP para después del verano. Pero su alusión directa al secretario general del partido y a su portavoz en el Congreso levantó más polvareda de la que esperaba.

El primero, Acebes, le recriminó que contribuya a la estrategia del PSOE de intentar "provocar división" dentro del PP, al tiempo que reivindicó las políticas impulsadas en la etapa de Aznar. "Conecto con esas políticas, me siento orgulloso de ellas, y el PP ni ha renunciado ni va a renunciar a ellas", replicó.

En su posterior comunicado, el propio Rajoy se esforzaba en mostrar su sintonía con Acebes, insistiendo en los mismos reproches. Así, le reclamó a Piqué que "no contribuya al error de hacerse eco de los cantos de división que fomentan los adversarios del PP". El líder popular destacaba, además: "Todos unidos accedimos al Gobierno de España, unidos hemos realizado una labor de Gobierno de la que nos sentimos orgullosos, todos unidos hemos pasado la experiencia de este año difícil de forma muy positiva, de tal forma que, si se convocaran elecciones, estaríamos en condiciones de obtener la confianza de los ciudadanos".

La propuesta de Piqué no demanda, al menos de momento, que el partido releve de sus funciones a Acebes y Zaplana, pero sí que complemente sus apariciones públicas con las de un nuevo portavoz que conecte con otros sectores sociales menos escorados a la derecha. "Zaplana y Acebes son dos personajes políticos de gran valía. Pueden seguir haciendo muchas cosas, pero creo que todo esto se ha de complementar", razonó Piqué.

ELECTORADO MAS CENTRISTA El presidente del PPC cree que la aparición de un rostro público más moderado que actúe como portavoz del partido podría permitir recuperar la confianza de la bolsa de votantes más próximos al centro que muchas veces se decantan por el PSOE, pero que en el año 2000 apostaron por Aznar y le dieron la mayoría absoluta en las elecciones.

Ayer, Piqué admitió que tiene en mente el nombre de la persona que podría ejercer esa función de endulzar la imagen del PP, aunque no lo desveló. Tampoco dio pistas sobre si baraja postularse él mismo para ocupar esa plaza, a la que podría aportar su experiencia como portavoz del Gobierno con Aznar.

LIDERAZGO SIN CUESTIONAR Las reflexiones de Piqué y Matas no significan que pongan en cuestión el liderazgo de Rajoy. Ambos consideran que el presidente del PP ha salido reforzado, tras haber remontado casi hasta la victoria electoral las funestas expectativas que dibujaban las encuestas para la formación de Fraga. Al tiempo que pedía abrir otra etapa, el presidente de Baleares defendió el domingo que la figura de Rajoy es "indiscutible, le pese a quien le pese".