Oconmigo o contra mí. La respuesta de Mariano Rajoy a la oferta de diálogo permanente en materia antiterrorista realizada ayer por José Luis Rodríguez Zapatero fue la de retarle a elegir entre el PP y las fuerzas nacionalistas. El Gobierno no considera que sea necesario escoger e insiste en que lo que la sociedad pide es un acuerdo global. El líder del PP, en cambio, entiende que el único pacto que cabe es el antiterrorista que firmó con el PSOE en el 2000 y que son los nacionalistas los que deben hacer el esfuerzo para suscribirlo.

María Teresa Fernández de la Vega ofreció la versión del Gobierno sobre la reunión, que enmarcó en el interés del Ejecutivo por "escuchar y no hacer monólogos". Según la vicepresidenta, Rajoy ha usado la lucha antiterrorista "como elemento de desgaste desde el primer momento". Pero, como tras un atentado "no es momento de reproches", Zapatero ha decidido invitar a Rajoy a compartir una estrategia para que pueda sumarse "a la voluntad mayoritaria".

Pero, tras la reunión en la Moncloa, Rajoy dijo que Zapatero no había respondido a las dos preguntas: "por qué" ETA atentó el día 30 y "qué" va a hacer el Gobierno de ahora en adelante. El líder del PP aseguró que no había visto "claridad" en la actitud del presidente e insistió en que, cuando comparezca en el Congreso, le pedirá que apueste por "derrotar a ETA sin pagarle precio político", asegure que Batasuna no concurrirá a las elecciones y permita "una aplicación contundente de la ley".

POSTURAS OPUESTAS La respuesta del Gobierno es diametralmente opuesta. La vicepresidenta se reafirmó en que Zapatero hizo "lo que tenía que hacer" y que en su deber estaba "explorar la vía del diálogo" para acabar con el terrorismo de ETA.

Unidad de los españoles y pacto antiterrorista son una misma cosa, dijo Rajoy, a quien traicionó el subconsciente cuando estuvo a punto de admitir que algunos partidos "no podían estar de acuerdo" con el texto del 2000. Sustituido por un "pueden no estar de acuerdo", Rajoy subrayó que está abierto a que se sumen "todos los partidos" porque lo importante del acuerdo "no es su redacción, sino que define una política que no apuesta por la negociación".

SIN CRITICAS Para esquivar el debate sobre los obstáculos que impiden al PNV unirse al pacto, el líder del PP optó por centrar sus críticas en ERC y en Joan Ridao por defender que la banda ha hecho "más por el proceso" que el Gobierno. Pero no criticó a la formación de Josu Jon Imaz.

El Gobierno insta a Rajoy a dejar de hacer "oídos sordos" a sus ofertas de diálogo. De la Vega le recordó que si se niega "hará un flaco favor a los intereses generales, al fin de la violencia, a su propio partido y a sí mismo".