Mariano Rajoy dedicó la clausura de la 12 Intermunicipal del Partido Popular, celebrada este fin de semana en Marbella, a explicar por qué se siente burlado y está decidido a retirar su apoyo a José Luis Rodríguez Zapatero en la gestión del alto el fuego de ETA. El líder popular evitó dar la puntilla a su proceso de ruptura con el presidente del Gobierno, pero explicó ayer las razones de su enfado y le acusó de ser "indigno" por "preferir a Batasuna que al PP". Además de lo "desleal" que al PP le parece que el PSE se reúna con los dirigentes aberzales, Rajoy declaró que el jefe del Ejecutivo "no cumple la ley y se la salta a la torera".

Un día es el Estatuto catalán, otro el proceso de paz en Euskadi. Los nacionalismos históricos están abriendo hasta límites inéditos la ancestral brecha que separa al PSOE y el PP, pero esta vez con el elemento añadido de que ambos procesos parecen haber sincronizado sus relojes.

Aunque su número dos, Angel Acebes, ya cargó el sábado muy duramente contra el Gobierno y contra el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, el presidente del PP quiso aclarar cómo se ha llegado a esta situación. Así, se remontó de nuevo hasta el pasado 22 de marzo para recordar que hasta ahora ha respaldado al Gobierno y que solo puso unas mínimas condiciones. Rajoy explicó ayer que hizo lo que se espera de una "oposición seria", que debe apoyar a un Ejecutivo "en circunstancias difíciles".

CEDER AL "CHANTAJE" "El Gobierno nos lo ha hecho imposible", denunció Rajoy. Lo vio claro tras el debate sobre el estado de la nación, cuando Zapatero dijo que le daba el visto bueno al líder de los socialistas vascos, Patxi López, para contactar con Batasuna. El líder del PP considera que Zapatero se ha conducido con una "frivolidad" incompatible con una cuestión de Estado como es la política antiterrorista, pero lógica "en una etapa de filtraciones, chascarrillos y Moraledas", en alusión al secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda.

Para el líder de los populares, el Gobierno ha cedido al "chantaje" de ETA y ha preferido a Batasuna antes que a "millones de españoles honrados y decentes". En su opinión, además de "liquidar" el pacto antiterrorista "por la vía de los hechos" y "faltar a la verdad" en el Parlamento, el jefe del Ejecutivo ha cometido un error más grave, "olvidar que por encima de la ley no hay nada ni nadie".

"Cree que él es la ley", proclamó. Y no. "La ley es la expresión de la voluntad de los españoles", subrayó. Con el reconocimiento de Batasuna como interlocutor en un proceso que el Gobierno considera "de paz" y la oposición "de chantaje", Rajoy dijo que se planteaba una situación paradójica. La de ver a unos españoles "honestos, humildes", convencidos de que "no vale todo" y de que hay que respetar la legalidad mientras el presidente "no la cumple". Y se comprueba la situación al ver que se le ha dado aire a Batasuna y sus integrantes "se jactan de ello", mientras que hasta hace unos meses "estaban en las últimas".

MEJOR CON AZNAR El dirigente conservador contrapuso la situación actual con la de los pasados gobiernos de José María Aznar. y los pintó como si hubieran sido ocho años idílicos. Dijo que, en época de los gobiernos populares, con el PSOE "se compartía la información, los objetivos y el seguimiento" de la lucha contra ETA y que el comportamiento del PP siempre fue "leal".