Mariano Rajoy cambió ayer Galicia por Euskadi. Si el sábado arropaba a su aspirante gallego, Alberto Núñez Feijóo, ayer hacía lo propio con su candidato vasco, Antonio Basagoiti. Un día más, pronunció un discurso en el que mezcló la situación política con la trama de corrupción que salpica a su partido y que, a su juicio, fue orquestada por el PSOE y el juez Baltasar Garzón. "Cuando uno es capaz de aguantar, con cuajo y con valentía, al final gana las batallas", sentenció Rajoy en un mitin en Irún (Guipúzcoa).

En principio, el líder popular aludía así a la capacidad de resistencia que, en los últimos años, han mostrado los populares vascos, asediados por ETA. Pero una frase tan ambigua también podía interpretarse como un llamamiento al PP a la resistencia, en medio del escándalo de corrupción.

REGODEO CON LA CACERIA De hecho, fue Rajoy quien mezcló, de manera voluntaria, un asunto con otro. Y llegó a unir la alusión a la cacería que el pasado fin de semana compartieron el juez Garzón y el ministro de Justicia con la implicación social demostrada, dijo, por los populares de Euskadi. "Hay quien se va de caza y hay quien se moja", enfatizó. A su entender, ir de caza en plena crisis económica y cuando se instruye un sumario que puede afectar al PP constituye "un acto obsceno en sí mismo". "Hablaban de regeneración democrática, y lo que nos dan es degeneración democrática", remató.

Rajoy aprovechó para arremeter contra el PSOE por "entregarse al nacionalismo y ser su muleta", mientras que el PP "no está en venta ni es muleta de nadie". Basagoiti abogó por la derrota de ETA "sin ninguna negociación ni milonga" y calificó de "incapaces, ingenuos y jetas" a los políticos que defienden la vía del diálogo.