El Partido Popular celebró ayer su bautizo en Navarra con la inauguración de su sede, presidida por Mariano Rajoy. El líder intentó transmitir una imagen distendida y eludió pronunciarse sobre la Unión del Pueblo Navarro (UPN). Rajoy no replicó a ninguno de los dardos lanzados por su exsocio regionalista y se limitó a asegurar que la implantación foral del PP se afronta con vocación de permanencia: "Ya no se disolverá jamás".

La sede de los populares navarros se encuentra en la céntrica calle de Carlos III. Ayer fue punto de encuentro de decenas de simpatizantes, muchos de ellos jóvenes que únicamente han conocido las siglas de UPN como marca de la derecha en Navarra.

En un apretado espacio, Rajoy y su vicesecretaria de organización, Ana Mato, comparecieron flanqueados por quienes están llamados a capitanear el partido después de abandonar UPN. En primer término se situó el presidente de la comisión constituyente en Navarra, José Ignacio Palacios, y tras él una decena de excargos y nuevos militantes.

Rajoy mantuvo un tono muy relajado, incluso bromista, que sorprendió a sus allegados. Al entrar en la sede, el presidente del partido conservador comentó que "es mejor que la de Génova". Y a preguntas de una periodista sobre la entrada de Lukoil en el accionariado de Repsol, bromeó sobre la posibilidad de que él mismo adquiriera la empresa: "No hay que descartarlo".

Luego reiteró las señas de identidad del PP en Navarra: "Defenderemos sus fueros y sus tradiciones", advirtió, para declarar a continuación que la fuerza "no nace contra nadie", sino que está abierta "a todos, a los que votaban UPN, a los del PP o a los que votaban al PSOE". Alguna encuesta le otorga un sorprendente 10% del electorado.

REFORMA CONSTITUCIONAL Con todo, fue imposible arrancar a Rajoy una crítica a UPN, pese a que varias preguntas de los periodistas le recordaron que el presidente regionalista, Miguel Sanz, se ha mofado de las posibilidades del PP en Navarra. Ni siquiera respaldó las declaraciones de Mato, quien en días pasados dijo que Sanz "está haciendo el ridículo". Mientras Mato admitía con una sonrisa la autoría de esa frase, Rajoy prefirió refugiarse en su argumento preferido, aunque no guardara relación con la pregunta: "Nosotros trabajamos para combatir la crisis".

Sí aprovechó para explicar su postura respecto a la disposición transitoria cuarta de la Constitución, que regula la incorporación de Navarra a Euskadi mediante referendo. Rajoy, que en broma aconsejó preguntarle a él "si el fin es aclarar algo", abogó por su supresión si se aborda reforma la Carta Magna.