El líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, abrió ayer el curso político con un emplazamiento a José Luis Rodríguez Zapatero para que se defina sobre los principales problemas del país, entre los que citó la reforma constitucional y la inmigración. Según Rajoy, el presidente ha estado todo el verano "mudo", lo que tildó de "espectáculo grotesco".

En un acto del PP celebrado en la localidad pontevedresa de Meis, Rajoy acusó a Zapatero de falta de criterio en "la cuestión territorial". "El presidente del Gobierno ha estado mudo mientras que todos han hablado de nacionalidad, nación, nación de naciones, comunidad nacional o vetos en el Senado".

Se refería así a la reivindicación de Pasqual Maragall de que la reforma de la Constitución sirva para incluir expresamente a Cataluña como "nacionalidad histórica". También aludía Rajoy a la propuesta del ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, de que las comunidades autónomas puedan ejercer el derecho de veto en el Senado.

El líder de la oposición aseguró que está "dispuesto a dialogar" sobre estos asuntos con el Gobierno, pero criticó que aún no sabe "qué es lo que el PSOE quiere hacer al respecto". Como ya hiciera hace unas semanas, insistió en que pedirá una reunión con Zapatero.

PETICIONES DE DIMISION Rajoy se refirió también a los planes del Gobierno para regularizar a inmigrantes ilegales que ya están trabajando en España. El líder popular se mostró en contra de que "los extranjeros que hayan llegado de forma ilegal se puedan legalizar masivamente".

Rajoy alertó del riesgo de un "efecto llamada" que, dijo, hará que los ilegales "no sólo vengan en pateras al sur de España, sino que empiece un tráfico de personas a través del Pirineo".

"Me niego a que el Estado abdique de su responsabilidad en este tema y deje en manos de los empresarios y particulares la decisión de quién está en España de forma legal y quién no", indicó, y aseguró que su partido "pedirá la dimisión" de los responsables de esa normativa.

CONCLAVE POPULAR El otro eje de su discurso fue el congreso que el PP celebrará en octubre. Rajoy anunció que será candidato a la presidencia del partido y reivindicó su "capacidad, ganas e ilusión" para liderarlo.

Dejó clara su voluntad de dirigir personalmente el partido: "Seré yo mismo el que configure mi lista", y adelantó los principios con los que elaborará su candidatura. "Habrá gente de contrastada valía y también personas nuevas que se lo han merecido", dijo. Por último, llamó a la "unidad y cohesión del PP".