Mariano Rajoy intenta tomar distancia respecto a la trama de los espías y, de paso, blindarse ante futuros fiascos electorales. El líder del PP aprovechó ayer su paso por Barcelona para lanzar un mensaje a la militancia que no es baladí: dejó caer que el escándalo del espionaje a políticos, presuntamente relacionado con el Gobierno de Esperanza Aguirre, podría perjudicar seriamente al partido. Especialmente cuando apenas queda un mes para los comicios gallegos y vascos y cuatro para las elecciones europeas.

Y es que, según se deduce de sus palabras, Rajoy opina que este asunto daña la imagen de los populares e imposibilita que los medios de comunicación recojan otro tipo de discursos y temas, más propios de la oposición y de tiempos de crisis. "Un escándalo como este hace daño, porque hace que no se hable de lo realmente importante", dijo.

INVESTIGACION SIN MEDIOS No obstante, Rajoy dijo estar contento de que Aguirre haya aceptado apoyar una comisión de investigación en el Parlamento regional de Madrid, una iniciativa que le ha permitido aparcar la investigación interna que había ordenado. "Si es verdad que ha habido espionaje y dosieres, se haga con dinero público o sin él, me parece lamentable y bochornoso. Y si se hace con dinero público, muchísimo peor", declaró a la emisora RAC-1, para justificar la necesidad de seguir buscando "la verdad".

Eso sí, reconoció que el PP no tiene "ni la mitad de los medios" que una Cámara regional o un juzgado para poder investigar, ya que no tiene potestad para obligar a personal de la Comunidad de Madrid no afiliado al partido a declarar ante su secretaria general, Dolores de Cospedal. Además, sacó a colación que los documentos que se han publicado sobre seguimientos a terceros llevan anotaciones personales.

Ya en la rueda de prensa que ofreció en Barcelona, tras reunirse con la presidenta del PPC, Alicia Sánchez Camacho, Rajoy trató de defenderse de quienes le acusan de conocer desde el 2006 la existencia de dosieres sobre el vicepresidente de la Comunidad, Ignacio González. "A mí nunca me ha llegado ningún dosier", señaló. No le llegaron, pero sabía de su existencia desde hace dos años, cuando el tesorero de su partido, Alvaro Lapuerta, le habló de esos informes.

Tampoco quiso ayer Rajoy arremeter contra ninguno de sus compañeros de organización. ¿Eso significa que el líder de los populares descarta que los miembros del Gobierno de Esperanza Aguirre estén implicados en la trama de espionaje? No lo parece, a tenor del aviso que dejó en el aire: "Cualquier persona tiene que saber quiénes son sus colaboradores".

AUGURIOS Y mientras Rajoy se declaraba "entusiasta" de la investigación parlamentaria, la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, rebajaba la expectativas creadas. El decía en Barcelona: "Soy un entusiasta de esa comisión. Que se sepa lo que se tenga que saber, si se tiene que saber algo". Ella lanzaba augurios exculpatorios. "La investigación judicial derivará, en su caso, en responsabilidades penales que haya por el espionaje, si las hay. La Asamblea investigará si hay responsabilidad política. Yo creo que no y digo que no tengo nada que ocultar", recalcó.

El equipo de Aguirre trabaja en los preparativos de la comisión. Y se mofa de que la dirección del PP ya prepare venda para una herida electoral.