Mariano Rajoy confesó ayer que ha perdido la confianza en Zapatero y que se siente engañado. El líder del PP dio un ultimátum que su partido presentará en forma de moción buscando que el Gobierno reafirme la vigencia del pacto antiterrorista e inste la ilegalización del Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK, en euskera).

Si el Ejecutivo no apoya la propuesta el próximo martes, Rajoy entenderá que se han abierto negociaciones con ETA y que el jefe del Gobierno "ha roto formalmente" el acuerdo. La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ya adelantó ayer la respuesta del Ejecutivo al juzgar que la pretensión del PP "no es razonable" y recordó que un partido político sólo se ilegaliza cuando la Fiscalía del Estado tiene pruebas.

"ME SENTI ENGAÑADO" Rajoy dijo no perdonar a Zapatero "dos engaños". El primero, cuando ofreció un pacto de Estado el pasado 14 de enero. "Salí muy satisfecho pero luego me sentí engañado", declaró. El segundo, cuando no se ilegalizó a EHAK y albergó "una sospecha fundada de que hay una cesión a la banda".

El dirigente popular quiso justificar la dureza de su discurso del miércoles pasado y aseguró que tuvo que hacer "algo que no es cómodo" pero que lo contrario "hubiera sido una irresponsabilidad".

Rajoy también dijo que la frase de que Zapatero "ha traicionado a los muertos" se sustenta en que ETA "ha recibido un anticipo al entrar en el Parlamento vasco y un precio político significará que matar habrá valido de algo".

El PP también presentará una propuesta para que ningún Estatuto se reforme sin el apoyo de dos tercios del Congreso y para que sólo se modifique la financiación autonómica si hay unanimidad entre todas las comunidades en el Consejo de Política Fiscal y Financiera.