Con constancia y dejando que amainaran las críticas el presidente del PP, Mariano Rajoy, considera que está cumpliendo poco a poco sus expectativas. La última se produjo ayer, al lograr que el expresidente de Endesa, Manuel Pizarro, acepte ser el portavoz del grupo parlamentario del PP en la comisión constitucional, que preside el socialista Alfonso Guerra, y que cobrará gran importancia esta legislatura cuando aborde las reformas estatutarias de distintas comunidades que quedan pendientes.

Rajoy ha conseguido que Pizarro se sume a su equipo, después de rechazar distintas ofertas de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, su gran rival, entre ellas la de formar parte de su Ejecutivo. El propio Pizarro se mostró satisfecho al asegurar que le apetecía "dejar un poco la economía" para centrarse en los asuntos constitucionales, que domina en su calidad de abogado del Estado.

Con este nuevo triunfo de Rajoy, su nuevo equipo confía en construir una alternativa sólida a los socialistas. Prueba de ello fue el sondeo de ayer de la cadena SER, en el que Rajoy supera por primera vez en aceptación a Zapatero y sube 11 puntos, hasta el 43%, mientras que el presidente del Gobierno baja dos puntos y se queda en el 42%. El líder del PP buscó un símil para explicar lo que le estaría sucediendo, si esas valoraciones se acaban traduciendo en apoyos electorales. Rajoy se miró en el seleccionador de España, Luis Aragonés, al entender que, como él, ha resistido fuertes críticas y ahora aparece como "ídolo nacional".

En esa línea de euforia, el PP empezó a hacer oposición. Así, pidió ayer al Gobierno que acelere el recurso que piensa interponer ante el Constitucional contra la ley aprobada por el Parlamento vasco para convocar una consulta sobre el autogobierno. Los populares dijeron que el PP prepara su propio recurso, aunque este no tendría la misma capacidad de suspensión de la ley que el del Gobierno.