Mariano Rajoy tranquilizó ayer a sus compañeros del PP vasco que mantienen en solitario una oposición frontal al proceso de paz. "No puedo aceptar que nos llamen extremistas", les dijo en Bilbao durante un encuentro en el que, principalmente, se reivindicó la posición de rechazo absoluto a los pasos que da el Gobierno socialista para un final dialogado de la violencia.

En su cita con la plana mayor de los populares en Bilbao antes de participar en una cena de Navidad, Rajoy quiso conjurar todas las dudas sobre la eficacia del duro mensaje del PP que, en el País Vasco, chirría de manera especial. "Estamos muy bien", dijo después de defender al PP como un partido "democrático, normal". Hasta se aventuró a decir que tienen "muchas probabilidades" de ganar las próximas elecciones generales.

NI HABLAR CON ETA Consciente de que en los diarios rifirrafes de su partido y miembros del PSE y del tripartito vasco (PNV, EA y EB) se ha cuestionado los deseos de paz del PP, Rajoy enfatizó que su partido tiene "el mismo interés que los demás en liquidar a ETA lo antes posible".

Además de realizar una nueva defensa del pacto antiterrorista firmado con el PSOE, Rajoy explicó de nuevo su reciente reunión con José Luis Rodríguez Zapatero y se quejó de que el presidente no le diera "garantías" sobre la ausencia de concesiones políticas a los terroristas.

Además, y pasando por alto en qué condiciones se produjeron en 1999 los contactos entre el Gobierno del PP y ETA, Rajoy reclamó de Zapatero que "no hable" con ETA mientras persista la violencia callejera y la extorsión a los empresarios.

CONTRA BATASUNA El presidente del PP puso especial interés en denunciar la posibilidad de que Batasuna pueda presentarse con "listas bancas o negras" a las próximas elecciones municipales. Advirtió de que si lo logra "supondrá un paso atrás de incalculables consecuencias".

También la presidenta del PP vasco, María San Gil, dio la misma alerta en un claro síntoma de que esta cuestión será clave en el discurso popular durante las próximas semanas. El PP conoce que precisamente la concurrencia de la izquierda aberzale a las elecciones será un asunto determinante y quiere presionar a los socialistas mientras Batasuna insiste a diario en que estará en las urnas. Rajoy recordó ayer que tuvo el apoyo de "diez millones de españoles".