Soplan vientos electorales en Cataluña y la dirección del PP decidió desplazarse ayer a Barcelona para arropar a la que será su candidata en noviembre, Alicia Sánchez-Camacho. Así, el comité ejecutivo popular cambió por un día su sede central de Madrid por un hotel en el puerto barcelonés para repasar la estrategia del partido. Pero la actualidad hizo inevitable que, aunque fuera de puntillas y con cierta sorna, Rajoy tuviera unas palabras sobre el modo de hacer de sus adversarios, los socialistas, que aún están digiriendo que el madrileño Tomás Gómez haya vencido en unas primarias a la ministra Trinidad Jiménez, la candidata oficial. Para lo que no tuvo tiempo (o ganas) el líder conservador fue para aclarar cuándo tomará él una decisión sobre las candidaturas de Asturias y Valencia, o lo que es lo mismo, sobre el futuro de Francisco Alvarez-Cascos y Francisco Camps.

En una reunión a puerta cerrada, Rajoy subrayó ante los suyos: "En público, no voy a decir nada de las primarias del PSOE. Y en privado, lo que tengo que decir es que se comentan por sí solas", espetó.

ADELANTO ELECTORAL Una hora después, ya ante la prensa, el jefe de los populares hizo hincapié en que no es la elección de Gómez la que ha dejado especialmente tocado a Zapatero, sino "sus políticas". De hecho, recordó que él, en el debate del estado de la nación, ya había dicho que el actual presidente del Gobierno debía marcharse, e invitó al grupo socialista a investir a otro jefe del Ejecutivo o a adelantar las generales.

Y hablando de elecciones (esta vez de autonómicas y municipales), Rajoy se limitó a explicar a sus compañeros que no tiene prisa para designar a los candidatos del partido, aunque le gustaría que las organizaciones territoriales fueran pensando en nombres de aquí a final de año, fomentando el "diálogo" con la dirección del PP. Pese a que no los citó, Rajoy lanzó de esta forma un mensaje a los dirigentes asturianos que, en contra del criterio de Madrid (que apoya a Cascos), ya han elegido una candidata alternativa.