Mariano Rajoy insiste en denunciar que el Gobierno sigue paralizado ante la crisis, pese a la última remodelación del Consejo de Ministros. Y en un intento de que esa tesis cale en la ciudadanía --especialmente en vísperas de las elecciones europeas-- ha decidido tomar él la iniciativa y, como si fuera el presidente del país, intentar negociar con el resto de grupos políticos no una propuesta, sino todo un plan económico, que se irá plasmando en proyectos que llegarán a las cámaras en próximas semanas. "Queremos ese debate en el Congreso y el Senado. No tendremos posturas inflexibles, salvo en temas que son de principios", proclamó ayer el presidente del PP ante sus senadores, a los que reunió para repartir directrices.

No obstante, Rajoy lanzó también un guante al PSOE para que asuma su alternativa, aunque las palabras que utilizó para hacer el ofrecimiento denotaron que no había ni confianza ni interés en que el partido que sustenta al Ejecutivo respalde su plan. "Cuando José Luis Rodríguez Zapatero deje de hacerse fotos y salir en televisiones reuniéndose consigo mismo y sus ministros debe darnos una respuesta", espetó el líder conservador.

APOYAR MEDIDAS DE OTROS En este contexto, Rajoy demandó a los suyos un esfuerzo adicional para lograr acercamientos a otros grupos de oposición, aprovechando "la soledad" de un Gobierno del que no se fían, dijo, ni aquellos que fueron sus socios en la anterior legislatura. "Y aprobemos todas las medidas de los demás que sean buenas para España", enfatizó.

El dirigente popular instó, asimismo, a sus colaboradores a "interiorizar" su programa económico de reformas estructurales que aboga, entre otras cosas, por imponer la austeridad en las administraciones públicas; reestructurar el sistema financiero; acometer una reforma fiscal, otra laboral y otra educativa; actualizar el pacto de Toledo; reformar el modelo energético; introducir mejoras a la competitividad; recuperar la unidad de mercado; firmar un nuevo acuerdo para consolidar y modernizar el sistema del bienestar o apostar por un Estado "viable y eficaz", además de reformar la administración de justicia.

LECTURA DE LAS ELECCIONES Rajoy aún tuvo tiempo para hablar de las elecciones europeas y pedir a todos sus compañeros que trabajen en pro de la victoria, admitiendo que, para el Partido Popular, esa cita con las urnas tiene claramente una lectura que trasciende a la Unión Europea: el líder de la oposición se medirá en todo el país y en plena crisis con el presidente Zapatero, a quien ahora considera el ministro de Economía en la sombra, "lo cual es preocupante", concluyó Rajoy.