Más que Dos hombres y un destino, el título de esta película sería Dos hombres y dos caminos. Y es que el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, ha desembarcado esta semana en Galicia para apoyar la campaña de su candidato a la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, pero sus agendas no coinciden. El presidente del PP visita esta comunidad desde el miércoles hasta el sábado --el domingo se va al País Vasco-- y en su programación no figuran actos conjuntos con Feijóo. Ayer se dio el caso paradigmático de que ambos estuvieron prácticamente al mismo tiempo en Santiago de Compostela, pero en distintos lugares.

Feijóo recorrió poblaciones de los alrededores mientras Rajoy tuvo una comida con unos 150 participantes en el centro de la ciudad. Lo que se pretende con esta duplicidad de altos cargos populares es llegar a más lugares en la comunidad y redoblar así el esfuerzo divulgador de sus mensajes electorales.

En lo que sí coinciden ambos líderes es en los discursos respecto a la campaña gallega. Aunque Rajoy aprovechó para repasar algunos temas de alcance estatal --ayer defendió a Francisco Camps de las acusaciones de corrupción y pidió, de nuevo, la dimisión de Bermejo--, centró sus mensajes en criticar al bipartito por sus supuestos "despilfarros" en coches oficiales y despachos remodelados a todo lujo. Rajoy tuvo especial cuidado en intentar darle la vuelta al fracaso del debate electoral televisado. La Televisión de Galicia, el PSOE y el BNG culparon a Feijóo de la cancelación de esta cita por las condiciones que impuso de celebrar tres encuentros bilaterales, además de uno a tres bandas. Ahora, los populares, con Rajoy a la cabeza, alegan que el "cobarde" es Touriño al evitar un cara a cara solo con Feijóo.

El candidato socialista parece especialmente decepcionado por quedarse sin confrontación televisada, hasta el punto de que anunció que estudia regular por ley la celebración de debates. Y es que Touriño asume el planteamiento que hizo el nacionalista Anxo Quintana, que se prestó a acudir a "cualquier debate" al que le citen. PSOE y BNG redoblaron sus críticas a Feijóo por "impedir" el debate televisado.