En su primera visita a Cataluña después de que se conociera la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut, después de que la clase política catalana reaccionara indignada, después de que cientos de miles de catalanes se manifestaran hace una semana, Mariano Rajoy demostró que el PP no tiene mucho más que decir sobre esta cuestión, o no quiere decirlo.

Rajoy cerró la escuela de verano de su partido, celebrada en Sitges (Barcelona), y se esperaba en su intervención un mensaje sobre el proceso estatutario y su desenlace. Pero se centró en la economía y la crítica a la gestión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Incluso priorizó el tema del burka. De un discurso de media hora, Rajoy dedicó apenas tres minutos, los últimos, a hablar del Estatut. Y se notó que lo hacía a regañadientes. Atribuyó a Zapatero "una historia de engaños": dijo que primero engañó a los catalanes al comprometerse a apoyar el texto estatutario que saliera del Parlament, que luego engañó a su propio partido en Cataluña, el PSC, que luego engañó a la oposición, en alusión a CiU. Y que ahora prepara un nuevo engaño al ofrecerse a reinterpretar la sentencia. "Juega con el Estado como si fuera un mecano", afirmó el popular sobre Zapatero, al que calificó de "aprendiz de brujo".

"PROYECTO COMUN" Para contraponer su imagen con la de Zapatero en esta cuestión, el líder del PP ha abogado por instaurar "un proyecto común" que rechace el enfrentamiento y respete "los sentimientos de todos".

Los populares optan por mirar hacia otro lado. En Sitges, la presidenta del PP de Cataluña (PPC), Alicia Sánchez-Camacho, aludió con entusiasmo al apoyo de los catalanes a la selección española. Y, de paso, alertó sobre la amenaza separatista: dijo que el PP catalán es el único partido que puede frenar el secesionismo. Adivinó dos escenarios de futuro: "Una Cataluña separatista o una Cataluña que sea capaz de recuperar la cordialidad con el resto de España". La segunda es la suya.

Camacho descartó pactar con CiU si mantiene su "deriva" independentista. Aseguró que el tripartito "ha muerto" y acusó al presidente catalán, José Montilla, de gobernar solo para "los catalanes nacionalistas" y de tolerar que en Cataluña se enseñen "menos horas de castellano que de inglés".

Fuera del marco del Estatut, un debate que para el PP no forma parte de las "preocupaciones de la gente", Rajoy reiteró que el "gran objetivo nacional", al menos para su partido, debe ser la creación de puestos de trabajo, y "todo lo demás palidece ante esta realidad", informa Efe.

Cuantos más empleos, mejor calidad de vida y más bienestar, explicó Rajoy, antes de indicar que para lograr tales objetivos "no queda más remedio que cambiar los Gobierno responsables de las situaciones que se viven ahora en España".

Sin citar expresamente la exigencia para un adelanto electoral, como hizo hace cinco días en el debate sobre el estado de la nación, Rajoy reiteró la necesidad de que se consume un cambio en el poder si lo que se quiere es crear empleo y una recuperación de la economía.

QUE "NO HAGA MAS DAÑO" El otro gran objetivo que el líder del PP se marcó ayer consiste en evitar que "Zapatero haga más daño a la gente mientras esté" al frente del Gobierno.

Durante la intervención, el presidente del PP puso énfasis en recalcar que, ahora más que nunca, hay que mirar al futuro y actuar de modo responsable, aunque siempre con los pies en la realidad y reconociendo que "la herencia que va a dejar Zapatero será mala".