José Luis Rodríguez Zapatero está noqueado, pero sigue en el cuadrilátero gracias, entre otras cosas, a una huelga general de guante blanco y a un PNV que, ávido de recuperar cuota en la pantalla política, le ha permitido aprobar los presupuestos para el 2011. Ese es el escenario en el que trabajan ya los estrategas del PP para preparar el que será, salvo sorpresas ajenas al ámbito de la economía, el discurso del partido en los próximos meses, y cuyo motor será la agitación del fantasma de un segundo tijeretazo, esta vez, a través de la supuesta asfixia presupuestaria de las comunidades autónomas.

Fuentes de la cúpula popular admiten que ese constituirá uno de los ejes del discurso parlamentario de Mariano Rajoy sobre presupuestos y que, además, será repicado por todos los barones autonómicos conservadores --como se decidió en un almuerzo que celebraron con su líder hace un par de semanas-- a fin de abonar el terreno de la opinión pública frente a los comicios del 2011.

El objetivo es aprovechar los mítines de los principales dirigentes del PP y sus intervenciones ante la prensa para culpar a Zapatero, sin pausa, y además con cierta prisa, de estar colando de rondón otro "durísimo ajuste" que afecta a materias transferidas muy sensibles, como la sanidad o la educación.

"BUSCA CORRESPONSABLES" Así, los que frecuentan la cosa política tendrán que acostumbrar el oído a las altisonantes reclamaciones que el PP va a dirigir al presidente del Gobierno por el hipotético incumplimiento del nuevo modelo de financiación (ese que rechazaron tajantemente en su votación en las Cortes), y por obligar a todas las comunidades a devolver la ingente cantidad de dinero --5.500 millones-- que les fue adelantada por la Administración central hace un par de años, cuando la previsión de ingresos por parte de las autonomías era mucho mayor de lo que, crisis mediante, terminó resultando.

"Empezaron esta legislatura con unos presupuestos nefastos, repartieron dinero a diestro y siniestro porque no veían la gravedad de la crisis, y ahora quieren que las comunidades les devuelvan ese dinero en cinco años... Zapatero busca de forma sibilina corresponsables para su segundo recorte social, después de congelar las pensiones él solito. Va listo", subrayaba a este diario un dirigente conservador.

En este contexto, las fuentes consultadas en la dirección del PP advierten de que el aparato del partido se movilizará, desde ahora hasta mayo del 2011 (fecha de las elecciones autonómicas y municipales) para "desenmascarar" la hipotética artimaña de Zapatero, especialmente ante la propia izquierda.

Sin demasiados disimulos, el PP está lanzando cebos al voto descontento. Pero, más allá de los evidentes errores de cálculo que ha cometido el Ejecutivo socialista en los presupuestos de los últimos años, la nueva estrategia de los dirigentes populares tiene trampa, como casi todo en la vida política.

Los barones del partido conservador necesitan una coartada para justificar las críticas que algunos de ellos reciben por la gestión de servicios delicados (véase la sanidad o la dependencia), además de una justificación previa para la presentación de sus próximos programas electorales en lo que, contra lo que venía siendo costumbre para algunos dirigentes conservadores, no podrá prometer obras faraónicas o inversiones caza-votos ante las elecciones del 2011.

A LOS TRIBUNALES La que ya ha puesto en marcha el plan diseñado por Rajoy es la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, cuyo Gobierno ha enviado en las últimas horas varias notas de prensa y gráficos denunciando el arrinconamiento económico al que, según dice, está sometiendo Zapatero a su comunidad.

Tampoco se quedan atrás los ayuntamientos de Madrid y Valencia --que dirigen Alberto Ruiz-Gallardón y Rita Barberá, respectivamente--, que estudian llevar al Tribunal Constitucional la decisión gubernamental de cortar el crédito, a partir del próximo ejercicio, a los consistorios que se hayan endeudado muy por encima de sus ingresos corrientes (el tope es el 75%). Barberá ya ha confirmado que impugnará los presupuestos.