Mariano Rajoy ordenó ayer a sus colaboradores que revisen todos los archivos de la contabilidad del partido y le digan hasta cuándo el PP contrató realmente los servicios del empresario Francisco Correa, imputado en la trama de corrupción que investiga el juez Baltasar Garzón. El líder popular aseguró ayer que no tenía conocimiento de que Correa organizara, en el 2005, la caravana electoral de la campaña del referendo sobre la Constitución europea y de actos de la precampaña vasca, como probó ayer este diario con la publicación de dos facturas.

El presidente del PP está preocupado por este asunto, ya que en las últimas semanas ha asegurado varias veces que él mismo ordenó cortar la relación con Correa en el 2004, en cuanto supo que utilizaba el nombre del PP en su beneficio. Sin embargo, con estos documentos en la mano queda claro que su orden no fue escuchada o, como mínimo, que no llegó a todos los miembros del organigrama del partido, puesto que se siguió contando con Correa más allá de ese año. Al menos, en dos ocasiones.

Varios colaboradores de Rajoy aseguran que el líder les pidió que finiquitaran la relación con el empresario ahora imputado en junio del 2004, después de los primeros actos que se realizaron en las europeas. Alegó que no le gustaba el montaje de los eventos. Pero la verdad era que por aquellas fechas el tesorero del PP ya había avisado a Rajoy de que Correa estaba haciendo negocios turbios en el norte de Madrid.

"Desconozco ese asunto", se limitó a decir Rajoy ayer en Galicia, cuando se le pidió una explicación sobre la existencia de contratos con las empresas bajo sospecha en el 2005. En la sede central del PP, el vicesecretario de comunicación de los populares, Esteban González Pons, alegó que, si se encargó a Correa una campaña en el 2005, fue porque su empresa, Pasadena Viajes, ofreció "el mejor precio".

La secretaria de relaciones institucionales del PSOE, Mar Moreno, pidió por su parte a Rajoy una explicación "veraz". "Es por el bien de las instituciones", dijo Moreno, quien, en referencia a los contratos suscritos en el 2005, añadió que Rajoy "no controla lo que pasa en su partido o no quiere controlarlo".