En un giro estratégico de su campaña por la Constitución europea, Mariano Rajoy abandonó ayer las ambigüedades y animó a los seguidores del PP a votar en el referendo del 20 de febrero. El líder popular sostuvo que es el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y sus aliados políticos --ERC e IU-- quienes fomentan el no .

Rajoy acusó al presidente de "falta de finura y poca inteligencia" por entrar en controversias con la Iglesia, que el viernes irrumpió de plano en la campaña con una actitud complaciente ante la abstención y el voto en blanco.

"No dedique sus esfuerzos a utilizar argumentos en contra de mucha gente que ya tiene bastantes dudas provocadas entre otras cosas por usted", espetó a Zapatero en un mitin en Cornellá (Barcelona) ante medio centenar de simpatizantes. Y añadió: "Su adversario (en el referendo) no es el PP, ni los católicos, ni EEUU, sino sus socios, los que le apoyan en el Congreso".

Rajoy subrayó que la Constitución europea resta poder institucional a España respecto al Tratado de Niza que negoció en su día José María Aznar. Sin embargo, pidió a los simpatizantes que "independientemente de todo" apoyen la Carta, porque "es lo que conviene a España".

Rajoy señaló que los gobernantes deben dedicar sus esfuerzos a resolver problemas, no a crearlos. Así, se refirió al caso del barrio barcelonés del Carmelo. Tras expresar su solidaridad con los damnificados, sentenció que "quienes están al frente de las instituciones no deben crear líos".

También apoyó Rajoy a un grupo de afectados por el reciente incendio de un edificio de Cornellá, hospedados en el mismo hotel donde se celebró el acto del PP. Pero no visitó a la familia del boliviano que murió por salvar la vida a varias personas en el siniestro.

Rajoy visitó en Murcia a afectados por los seísmos y rechazó la posibilidad de que la ilegalizada Batasuna concurra a los comicios vascos.