Ni Mariano Rajoy ni su equipo querían comentar ayer públicamente las últimas críticas de José María Aznar, quien, lejos de elogiar su estrategia de oposición, avisó de que las competiciones hay que salir a ganarlas, y no "a heredarlas". Pero, en la noche de ayer, Rajoy decidió enviarle un recado a su antecesor en el cargo: sin citar a nadie expresamente --igual que hizo Aznar el sábado--, recomendó "moderación" para poder realizar un "buen diagnóstico" de la situación y "curar cualquier enfermedad". Además, subrayó que es tiempo para "valientes" y para "remar en la dirección correcta". Unos términos parecidos a los que usó recientemente la número dos del partido, Dolores de Cospedal, quien acusó en el diario El País a algunos de sus compañeros de "cobardía" y de remar en "dirección contraria" a los intereses de su partido.

El líder de los populares aprovechó la presentación de un libro de su portavoz de Exteriores, Gustavo de Arístegui, para apuntar en idéntica dirección.

Tampoco perdió ocasión el vicesecretario general del PSOE, José Blanco. Bajo su punto de vista, Aznar eligió en su día heredero "y ahora está enredando para nombrar al sucesor del sucesor".