Mariano Rajoy se tomó ayer a broma el Código para el buen gobierno del Gobierno aprobado el viernes por el Consejo de Ministros. Pese a adelantar el voto favorable de su partido al anteproyecto, equiparó su contenido al eslogan "está prohibido robar" y puso en solfa que se legisle para decir que "debemos ser buenos, amables, elegantes y cariñosos".

El presidente del PP sacó a relucir el fantasma de la corrupción y recordó que cuando los populares accedieron al poder, en 1996, los españoles creían que la corrupción era el tercer problema del país mientras que en el 2004 "ni la mencionaban".

Rajoy aprovechó su discurso en el congreso del PP de Alava para arremeter contra José Luis Rodríguez Zapatero. Así, dijo que "no está en lo esencial", que la economía "le importa un comino" y que la política exterior es hasta ahora una "sucesión de fotos sin contenido". Además le reprochó que permita a Carod subírsele "a las barbas" cada día.

Rajoy cerró el congreso del PP alavés en el que el alcalde de Vitoria, Alfonso Alonso, ascendió a la presidencia en sustitución de Ramón Rabanera. En Guipúzcoa, María José Usandizaga sustituyó a María San Gil, que ahora preside el PP vasco.