En parte porque Mariano Rajoy se ha colocado el traje de hombre de Estado y deja a su grupo parlamentario la labor opositora más agresiva, en parte porque el protagonismo gubernamental en el Congreso recayó la semana pasada en Alfredo Pérez Rubalcaba y no en José Luis Rodríguez Zapatero, el líder de la oposición y el jefe del Ejecutivo llevaban tiempo sin enzarzarse en una discusión a cara de perro. Hasta ayer, día en el que el primero le preguntó al segundo por qué se había acogido de nuevo a la prerrogativa constitucional que le permite vetar iniciativas que impliquen aumento de gasto o disminución de ingresos para impedir que se votaran las enmiendas de siete fuerzas (PP, ERC, IU, ICV, BNG, UPD y Nafarroa Bai) en contra de la congelación de las pensiones. "Dictatorial", "antidemocrático", "miedoso", "demagogo" e "incoherente" fueron algunos de los epítetos que se lanzaron el uno al otro.

Rajoy estuvo más belicoso. Bajo su punto de vista, el veto ejercido por el Gobierno hace unos días --un derecho hasta ahora excepcional en su puesta en práctica que el actual Ejecutivo ha convertido en común-- resulta inadmisible en una democracia como la española. "Es algo propio de un Gobierno autoritario y miedoso, y solo revela que usted se ha quedado sin proyecto y sin argumentos --sostuvo el presidente del PP--. Esto es antidemocrático. Esta es una decisión dictatorial. No tiene ningún derecho a hacerlo".

EN 79 OCASIONES ¿Derecho? Aquí Zapatero lo tuvo fácil. Le bastó con señalar la Constitución, que le faculta para hacerlo. Lo que ocurre es que el presidente, desde que entró en la Moncloa, ha echado mano de esta prerrogativa en muchísimas más ocasiones que el resto de los ejecutivos juntos. Según las cuentas de Rajoy, antes de Zapatero, solo Felipe González había utilizado el veto. En ocho ocasiones. En el caso del actual presidente del Gobierno, han sido 79.

"Quien ejerce un derecho a nadie ofende", le respondió Zapatero, que justificó tanto la congelación de las prestaciones como la posterior prohibición de que se votasen las enmiendas para dejar sin efecto la medida, aprobada en mayo a través del decreto de recorte, basándose en razones de absoluta necesidad. "Es por sentido de la responsabilidad, porque debemos cumplir nuestros requerimientos para reducir el déficit y consolidar las cuentas públicas de España --continuó--. Eso es ejercer responsabilidad, aunque a usted le sirva, como casi siempre, para intentar hacer demagogia, demagogia y demagogia".

Y ambos se acusaron de haber hecho muchísimo menos que su oponente en materia social. Rajoy dijo que Zapatero había "empobrecido a España" y este le contestó que con él las pensiones habían subido "ocho veces más" que con José María Aznar. Pero estas son cosas que se dicen siempre el uno al otro.