El PP no es responsable de la red corrupta Gürtel, sino su víctima principal. Ese es el mensaje que quiso lanzar ayer Mariano Rajoy a la opinión pública, 24 horas después de que se levantase, parcialmente, el secreto de sumario sobre este caso.

En la escueta referencia que Rajoy hizo a tan grave asunto, arriesgó y sentenció que ya ha quedado "acreditado" que no existe financiación ilegal en su organización --pasó por alto que aún se desconocen dos tercios de la investigación judicial que se instruye en Madrid-- y, como ha venido haciendo en los últimos meses, garantizó que exigirá responsabilidades "a quien haya hecho lo que no debía".

Dicha advertencia no tuvo mayores consecuencias en el día de ayer y, según parece, no las tendrá en el futuro más próximo. Y es que, como se encargó de matizar después la número dos del partido, Dolores de Cospedal, el PP considera que "ya ha actuado" y que "no se le puede pedir más" hasta que se dé la siguiente situación: que haya nuevos imputados o que quede claramente demostrado que se cometió, por parte de dirigentes populares, "cualquier comportamiento irregular", incluida la aceptación de regalos, si hay pruebas.

DOCUMENTO ESTUDIADO Pero el PP pensó durante horas qué respuesta dar a la sociedad tras hacerse público el sumario del caso Gürtel , un extensísimo documento de 17.000 folios que está estudiando en detalle un equipo del partido, capitaneado por Federico Trillo. ¿Qué decir? Eso es lo que consultó ayer Rajoy a sus colaboradores habituales --De Cospedal; Soraya Sáenz de Santamaría; Esteban González Pons; Ana Mato y el propio Trillo-- cuando, a primera hora, los citó en su despacho para redactar entre todos un comunicado oficial de respuesta. Tardaron más de lo previsto. Cuando por fin se colocaron ante los micrófonos, fue la vicesecretaria Ana Mato la primera en tomar la palabra y hacer frente al chaparrón de preguntas con que aguardaban los periodistas a los populares. Y en aludir al sumario del caso Gürtel en el que, entre otras cosas, hay conversaciones grabadas a los imputados en las que se asegura que pusieron un coche a su nombre. Mato, ante sus compañeros y la prensa, negó la mayor: "A mí nadie me ha regalado nada", señaló.

Recibió aplausos. Unas horas después, su exmarido, Jesús Sepúlveda (exresponsable de organización del PP en tiempos de José María Aznar; exalcalde de Pozuelo e imputado en el caso), remitió un comunicado a los medios en el que desvinculaba a Mato de la compra del vehículo aludido en el sumario y, de paso, aseveraba que también es falso que a él le pagase la red de Correa 6.000 euros al mes.

Después de Mato, habló Rajoy y, además de amagar y no dar con posibles medidas a tomar, insistió en la "honradez" de la gran mayoría de militantes del PP. A continuación, De Cospedal se prestó a protagonizar una rueda de prensa con el propósito de afianzar el mensaje y sintetizar las claves con las que los populares quieren coger oxígeno ante un golpe tan severo. Primero, leyó el comunicado del partido: negó la financiación ilegal; recordó que no hay nuevas imputaciones; exigió conocer todo el secreto de sumario; resaltó que serán "contundentes" a la hora de exigir responsabilidades y denunció persecución del Gobierno y fiscalía.

PRUDENCIA También hizo hincapié en que Gürtel "no es Filesa", aunque ella, a diferencia de Rajoy, aconsejó prudencia para negar tajantemente la financiación ilegal hasta que se conozca en su totalidad la investigación. Asimismo, Cospedal creyó oportuno referirse específicamente a la información sobre posibles pagos irregulares del PP en Galicia: indicó que el sumario hace referencia a hechos que se podrían haber producido hace más de 10 años y que, tanto Manuel Fraga como Alberto Núñez Feijóo han recordado que ya se expulsó del partido a su posible responsable, Pablo Crespo, actualmente imputado en el caso.

Dicho esto, recibió varias preguntas sobre regalos que habrían recibido, según los implicados en la red de corrupción, algunos dirigentes del PP. Y se hizo especial mención a Ana Mato y a Ricardo Costa. De la primera, sostuvo que ya había dado las explicaciones oportunas y que la creía. De Costa, reconoció no saber nada. Una hora después, el aludido enviaba a Madrid toda la documentación ligada a su coche para intentar demostrar que lo compró y pagó él, y no los empresarios corruptos. La dirección se dio por satisfecha.

No obstante, De Cospedal dejó una frase en el aire que se interpretó como un misil, más o menos disimulado, directo al PP valenciano: "No es algo oportuno ni ejemplarizante y no comparto que se reciban este tipo de regalos. También tengo que decir que esas cosas hay que demostrarlas". Ya por la tarde y desde Valencia, el presidente valenciano, Francisco Camps, entró en el juego de las declaraciones cruzadas y, con mucha brevedad, recordó que, "hasta ahora", la justicia ha dado la razón al partido conservador.