Mariano Rajoy fue anoche el único líder político de ámbito español que participó en la apertura de la campaña electoral madrileña, y no por casualidad. Las buenas expectativas electorales del PP le han animado a volcarse en Madrid para rentabilizar en su carrera hacia la Moncloa el eventual triunfo de la popular Esperanza Aguirre, a la que anoche arropó en el inicio de la campaña. Por contra, el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, fue el gran ausente en el debut del candidato socialista, Rafael Simancas.

Los madrileños volverán el 26 de octubre a las urnas para repetir las elecciones que, el pasado mayo, conformaron una mayoría de izquierdas luego abortada por la traición al PSOE de los tránsfugas Eduardo Tamayo y Teresa Sáez. Mucho ha llovido desde entonces en la política madrileña: la denuncia socialista --desdeñada por la justicia-- de que una trama inmobiliaria ligada al PP alteró el veredicto electoral; dos sesiones de investidura frustradas; 150 horas de investigación parlamentaria que sólo sirvieron para airear los manejos del dirigente del PP Ricardo Romero de Tejada.

ALTA TASA DE ABSTENCION

Por el momento, los sondeos coinciden en tres pronósticos: que la abstención será alta, que el PP logrará la mayoría absoluta necesaria para gobernar y que el PSOE, pese a perder respaldo electoral, no sufrirá un descalabro. Una encuesta interna del PP confirma estos datos al otorgar a Aguirre la mayoría absoluta, aunque raspada: 56 escaños frente a los 55 del PSOE e IU. Con 45 diputados, el Partido Socialista perdería dos respecto a las elecciones de mayo: uno en favor del Partido Popular y el otro, en beneficio de Izquierda Unida.

Con estos datos en la mano, Rajoy confía en poder capitalizar una victoria electoral de Aguirre en los primeros comicios que se celebran desde su designación como sucesor de José María Aznar. De momento, tiene programados al menos media docena de actos electorales de la mano de Aguirre, sin perjuicio de los que pueda improvisar sobre la marcha.

Aunque por precaución niega que afronte estas elecciones como un test de cara a las generales, el secretario general del PP reconoce que su partido, además de difundir sus propuestas electorales, explotará la imagen de división interna que el PSOE ha proyectado durante esta crisis.

Anoche, sólo el secretario de organización del PSOE, José Blanco, y la portavoz del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Madrid, Trinidad Jiménez, acompañaron a Simancas en el inicio de la campaña, en el Invernadero de Arganzuela. Rodríguez Zapatero se reserva para la recta final de la azarosa carrera electoral.

A falta de dos semanas para que vuelvan a abrirse las urnas en Madrid, la dirección socialista maneja con suma prudencia los sondeos divulgados hasta ahora. Según fuentes socialistas, el resultado de sus estudios es mucho menos concluyente que el de las encuestas difundidas. "Hay mucha partida que jugar", advierten.