El deterioro de la relación entre los partidos aliados en el Gobierno vasco (PNV, EA y EB) va en aumento. Lejos de reconducirse los problemas originados en la constitución de los ayuntamientos, el PNV denunció ayer la actitud de Ezker Batua (EB-IU) en Vizcaya, que ha optado por entenderse con el PSE y el PP en la Mesa de las Juntas Generales (legislativo territorial).

Se trata de un acuerdo mediante el cual los tres grupos, que están en la oposición, se darán apoyo para garantizar que sus iniciativas se puedan debatir en las sesiones plenarias de las Juntas y no estén abocadas a su trámite en comisión.

Este pacto se fraguó a espaldas del PNV que ya la semana pasada hizo público su malestar. Los peneuvistas recordaron a EB que está en la mesa del legislativo gracias a sus votos y que el tripartito había acordado "un marco de relación preferente" para la legislatura.

La dirección vizcaína del PNV, presidida por Iñigo Urkullu, acusó de "deslealtad" a EB, pero ayer profundizó en sus reproches al señalar que los hechos han demostrado "sin atisbo de duda" la falta de compromiso de EB con los "principios del tripartito del Gobierno vasco".

Es una imputación que llueve sobre mojado porque ya el PNV denunció el "incumplimiento generalizado" por parte de la formación que dirige Javier Madrazo de los acuerdos alcanzados entre socios para respetar la lista más votada en la constitución de los nuevos ayuntamientos.

PENDIENTES DE ALAVA EB dio ayer otro paso más por su cuenta al exigir al PNV y al PSE que se pongan de acuerdo para formar un "Gobierno transversal y progresista" en la Diputación de Alava, que mañana elige a su diputado general.

Aunque EB firmó con EA el aval a la candidatura del peneuvista Xavier Agirre, ayer manifestó que ese apoyo es para que se cree un Gobierno "plural y de consenso desde la izquierda".