El recién elegido coordinador general de IU, Cayo Lara, terminó su intervención en la última Asamblea Federal de la coalición haciendo sonar una caja de música de Dolores Ibárruri, La pasionaria , de la que salieron las notas de La Internacional, lo que provocó los aplausos e incluso las lágrimas de sus compañeros. Militante comunista desde hace años, Lara se comprometió ayer a ser el coordinador "de todos y todas" y a trabajar para que "cicatricen las viejas heridas" de forma que la coalición se ponga a trabajar cuanto antes para superar la crisis. Como primera receta, defendió la necesidad de una huelga general.

Desde el primer momento, Lara marcó distancias con el PSOE. El enfrentamiento del PCE con Llamazares en la pasada legislatura se fraguó, entre otras cosas, porque los comunistas le acusaron de ser el lacayo de Zapatero. De esta forma, el coordinador acusó a socialistas y populares de neoliberales y responsables de la crisis y aseguró que trabajará para "hacer girar" a los sindicatos de forma que se convoque una huelga general. "Nos están esperando los pobres, los parados, los jóvenes hipotecados y los que ansían igualdad", señaló antes de criticar la ley electoral que convierte el millón de votos de IU-ICV en solo dos diputados. Aseguró que no parará hasta que se reforme y el PP y PSOE devuelvan a IU "los 14 diputados que le corresponden".

El que fuera uno de los impulsores del sindicato agrario COAG, alcalde del pueblo del que Miguel de Cervantes no quiso acordarse, Argamasilla de Alba (7.000 habitantes), y aspirante a presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, demostró que, pese a no contar con proyección pública, no piensa perder un minuto en "cuitas internas". No obstante, no lo tendrá fácil dado que el representante de sus rivales, Gaspar Llamazares, mantendrá su acta de diputado. Quizá le sirvan sus años de lucha contra la especulación y el constructor Francisco Hernando, El Pocero .