No lo soltó hasta que un periodista le preguntó directamente qué tipo de información sobre posibles objetivos de la banda facilitaron a ETA los últimos detenidos. "Esta estructura facilitó información sobre el actual ministro del Interior, se supone que para utilizarla con las peores de las intenciones", aseguró ayer Alfredo Pérez Rubalcaba durante su comparecencia para dar detalles sobre la operación de la Guardia Civil que el miércoles rompió el nexo entre la dirección de la organización terrorista y el colectivo de presos.

El ministro evitó entrar en detalles, pero fuentes de la lucha antiterrorista aseguraron que entre el material intervenido en las últimas horas hay datos sobre un restaurante de Madrid en el que Pérez Rubalcaba "come con frecuencia".

"No es una operación más", insistió Pérez Rubalcaba, quien destacó que los detenidos formaban parte de una estructura que tenía, entre otras funciones, ofrecer datos sobre posibles objetivos, mantener la disciplina en el colectivo de presos, cobrar el impuesto revolucionario, facilitar la huida de etarras al extranjero e incluso captar a nuevos pistoleros en Euskadi.

La investigación, en la que también ha participado el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), comenzó con los papeles incautados en mayo del 2008 al entonces jefe de ETA Francisco Javier López Peña, alias Thierry. En su ordenador había varios ficheros codificados con los nombres en clave de las personas que facilitaban la comunicación entre la banda y sus presos. Primero se puso nombre a los alias, y ahora la valiosa documentación incautada en los 17 registros realizados en las últimas 48 horas, ha apuntalado una investigación que permitió ayer al ministro asegurar que los detenidos, y especialmente los tres abogados, no son simples colaboradores de ETA, sino que forman parte de ella la organización: "Son comisarios políticos de la banda, abogados a tiempo parcial que el resto del tiempo eran enviados de ETA". Hace dos meses, Europa Press ya publicó que varios internos etarras se habían negado a entrevistarse con algunos de los abogados del colectivo aberzale. Pérez Rubalcaba confirmó ayer la información.

DIVISION EN LAS CARCELES El colectivo de presos está muy dividido. Nunca hubo tantos reclusos etarras entre Francia y España, más de 700, tan desunidos y tan sordos a las directrices de la banda terrorista. El ejemplo es el escaso seguimiento de las protestas convocadas en enero. La Guardia Civil acusa a los últimos detenidos, especialmente a los tres letrados, de advertir a los presos sobre las consecuencias de su desobediencia.

El 29 de enero, seis disidentes publicaron una carta en la que rompían con la organización terrorista y que coincidió con otra misiva de los históricos José Luis Urrusolo Sistiaga y Carmen Guisasola, expulsados hace años y especialmente críticos. Habrá que ver qué pasa a partir de ahora con los presos.