El saludo de los Reyes a los republicanos españoles de Toulouse constituyó una muestra significativa de la reconciliación de las dos Españas. Aunque el más veterano de los exiliados, Francisco Folch, que aguardó la llegada de Juan Carlos con lágrimas en los ojos, comentara que cuando oye los discursos del PP contra Zapatero le parece que volvemos a estar en guerra.

La bienvenida del Rey a sus compatriotas, incluidas algunas familias de tres generaciones, tuvo lugar en la sede de la prefectura de la región Midi-Pyrénées y desató emociones y muchos aplausos.

No obstante, Juan Carlos evitó en todo momento en sus discursos utilizar el término republicano. En el cálido saludo que dirigió a los supervivientes de la guerra y de la posterior represión, se refirió a la dolorosa situación sufrida, al coraje de este colectivo y a su pasión por España.