El rescate del cadáver de Diego Armando Estacio está siendo más laborioso que el de Carlos Alonso Palate dado que las toneladas de forjados y escombros que sepultan su vehículo amenazan con derrumbarse. Los bomberos localizaron su coche el jueves por la noche y desde entonces trabajan con maquinaria y de forma manual para recuperar los restos del ciudadano ecuatoriano.

El equipo de rescate ha podido observar a través de una cámara endoscópica que el brazo del joven asoma por la ventanilla del vehículo, que no ardió. Hoy confían en poder acceder al coche para extraer el cadáver. La otra víctima mortal del atentado fue sepultada ayer en Ambato, la aldea de Ecuador en la que nació.

Al cierre de esta edición, los responsables del operativo no sabían si podrían acceder al cuerpo directamente o si tendrían que izar el vehículo con una grúa y proceder después a la extracción.

Aunque se ha podido comprobar que el vehículo --un Renault Clio blanco-- está aplastado, el hecho de que no haya ardido permitirá que sea reconocido visualmente. Como hizo la otra víctima, Estacio permaneció descansando en el coche mientras su novia recogía a un familiar. El padre de la víctima decidió ayer que repatriará los restos de su hijo a Ecuador para darles sepultura en Machala.