Este país está más preparado que nunca para hacer frente a los riesgos y amenazas del mundo de hoy. Con este mensaje, pronunciado con motivo de la Pascua Militar, el Rey subrayó ayer la alta preparación conseguida por las Fuerzas Armadas en seguridad y, a la vez, avisó de que España cuenta con mecanismos de defensa más eficaces "para preservar el bienestar y la seguridad de los ciudadanos".

Desde el conocimiento que tiene Juan Carlos de los avances conseguidos en seguridad y defensa, anotó que la vocación que anima a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad es el servicio a una "sociedad plenamente identificada con sus Ejércitos".

El discurso del rey Juan Carlos constituyó una inapelable condena a la "lacra abominable e inaceptable del terrorismo". También fue todo un homenaje a los que en el 2007 perdieron la vida en misiones de paz en el exterior, y a los que fueron víctimas del terrorismo, como los dos jóvenes guardias civiles asesinados en el sur de Francia.

Junto a la Reina y los príncipes de Asturias, y ante representantes de los tres Ejércitos y de la Guardia Civil, expresó su orgullo como Rey y como jefe supremo de las Fuerzas Armadas, que han conseguido "un alto prestigio en el exterior". Ese alto nivel de preparación lo constató con sus propios ojos la pasada Nochevieja cuando visitó a las tropas españolas en Afganistán.

El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, en una intervención previa a la del Monarca, desgranó las intensas mejoras conseguidas por las Fuerzas Armadas, gracias a las recientes leyes que han modificado su estructura. El ministro recordó con nombres y apellidos a todos y cada uno de los miembros de las Fuerzas Armadas fallecidos en el año que ha acabado, así como la contribución de España en la reconstrucción de otros estados, "desde el respeto inequívoco a la legalidad internacional".

En un plano casi preelectoral y con el plan de ayudas de la ministra Carme Chacón dibujándose en el fondo del escenario, Alonso recordó que el patrimonio que ya no es útil a Defensa se devuelve a la sociedad para resolver problemas tan urgentes como la vivienda o la sanidad.

Su discurso fue una muestra de su férreo compromiso con la transformación de los Ejércitos, sin necesidad de jalear ni himnos ni banderas. Una intervención alejada de la de tintes patrióticos que pronunció hace dos años José Bono, su antecesor en el cargo y aspirante a presidente del Congreso de los Diputados.

TRANQUILIDAD La celebración de la Pascua Militar de este año discurrió sin sobresaltos. No pasó lo mismo en el 2006. Entonces, el jefe de la Fuerza Terrestre de Sevilla, general José Mena, advertía de una intervención del Ejército si el Estatuto de Cataluña acababa rebasando los límites de la Constitución. Posteriormente, Mena fue destituido.

En el cóctel, el Rey se mostró especialmente jovial y dicharachero. La Pascua Militar fue la segunda parte de la celebración de su cumpleaños.