Los discursos del Rey y José Luis Rodríguez Zapatero en la inauguración de la 15 Cumbre Iberoamericana estuvieron salpicados de guiños al debate territorial que agita la vida política española. Nada más comenzar su intervención, Juan Carlos expresó la ilusión de los españoles de acoger la cita porque, dijo, difícilmente podría entenderse "la identidad histórica, cultural y política de España como nación" al margen de la realidad iberoamericana.

Al final de su alocución, el Monarca reafirmó su "compromiso personal e institucional" con el desarrollo de la comunidad iberoamericana. Un compromiso, subrayó, "consustancial a la propia identidad de España, consagrado en la Constitución española". Aunque expresada en un contexto iberoamericano, la utilización por el Monarca del término "nación" para describir a España se produce en un momento en que ese concepto se encuentra en el centro del debate en torno al Estatuto catalán.

LOS "CLASICOS" En su discurso previo ante los representantes de los 22 países iberoamericanos, Zapatero dijo que en un lugar como Salamanca era inevitable recurrir a "los clásicos", para quienes "la pertenencia a la ciudad no se conseguía sólo por nacimiento, sino por méritos".

"Tales méritos --prosiguió-- se adquirían en el ejercicio constante por lograr un espacio de convivencia, donde dar cabida a lo distinto era motivo de amistosa y fructífera unión y no de disputa." Más adelante, señaló que los países iberoamericanos se expresan en "dos lenguas próximas" --castellano y portugués--, lo que les hace compartir un tiempo histórico cuyas raíces comunes fortalecen la posibilidad de habitar el mundo de modos distintos. Iberoamérica, agregó, es una "polifonía de pueblos que quieren romper perspectivas centralistas". El presidente describió la democracia como un "proceso incluyente" que, al trabajar por la convivencia, amplía las formas de expresión "para que nadie se sienta excluido por pertenecer a una minoría".

Zapatero dedicó buena parte de su intervención a abogar por una "actitud moral" que permita perfeccionar los mecanismos democráticos mediante la erradicación de la pobreza y la superación de los desequilibrios económicos y sociales. El objetivo de la cumbre, dijo, consiste en alcanzar sociedades donde "la riqueza se reparta con justicia y equidad". El jefe del Ejecutivo se refirió a uno de los asuntos que preocupan a muchos países, incluido España: la intensificación de los flujos migratorios, "esa corriente de ida y vuelta tan dura para millones de seres humanos". Zapatero propuso trabajar "desde los más profundos criterios de humanidad, hospitalidad y solidaridad" para establecer un "modelo iberoamericano para la gestión de las migraciones".

600 MILLONES DE PERSONAS El Rey también se refirió a los problemas de la pobreza y la exclusión social en una comunidad que suma casi 600 millones de personas. Recordó que la cita de Salamanca ha de servir para tomar decisiones que "contribuyan a mejorar el bienestar" de las sociedades iberoamericanas. "Son muchos los millones de personas que anhelan resultados concretos", dijo, y añadió que en muchos casos son poblaciones "con problemas de primer orden y necesidades apremiantes". El Monarca recordó a las víctimas del huracán Stan que azotó cuatro países de la región.