El rey Juan Carlos reclamó el martes a las instituciones que, mediante un "buen funcionamiento", adquieran un compromiso "con la conservación del medio ambiente". El tradicional mensaje navideño del Monarca pivotó esta vez en torno a la catástrofe ecológica del Prestige, a raíz de la cual subrayó que la protección del medio ambiente, "legado único e irrepetible", debe ser una de las "principales preocupaciones" de todas las administraciones.

LA DESCOORDINACION

Aunque el discurso del Rey cuenta habitualmente con la aquiescencia del palacio de la Moncloa, las palabras pronunciadas el martes por el jefe de Estado en su discurso televisado parecen encerrar una crítica velada a la falta de previsión del Ejecutivo y a la descoordinación de las administraciones públicas ante la crisis.

Además de pedir la unidad de los españoles para "poner fin cuanto antes a esta calamidad", el Rey transmitió su "afecto" y el de su familia a los damnificados por el vertido de fuel. También elogió la solidaridad de los voluntarios que se han volcado en la limpieza de las costas: "Tenemos una juventud generosa, presente, en numerosas organizaciones no gubernamentales (ONG) de todo el mundo ayudando a los más necesitados". La preparación de los jóvenes, sentenció el Monarca, es una "gran responsabilidad del Estado y la sociedad".

El jefe del Estado se refirió a la tragedia nada más iniciar su intervención. Dedicó sus primeras palabras a "cuantas familias viven momentos de dolor o de especial dificultad en estas fechas tan entrañables" y destacó a las personas, "en particular gallegas", que sufren los efectos del accidente del Prestige . Y sentenció que "la prosperidad" y la "justicia social", básicos para "el bienestar social", exigen proteger el entorno ecológico.

INMIGRACION Y VIVIENDA

El Monarca animó a los ciudadanos a ser "cada vez más solidarios" con los inmigrantes, que llegan "en busca de mejores oportunidades económicas y sociales" y "contribuyen" a su desarrollo. A los extranjeros les pidió un esfuerzo de integración "(que deben) disfrutar, respetar y asumir en un clima de fructífera convivencia".

Abogó también por "un país cada vez más equilibrado y justo" que satisfaga derechos como el de la vivienda, "aspiración especialmente sentida por tantos jóvenes" españoles.