Los Reyes rompieron ayer una tradición de 30 años y presidieron un funeral por una víctima de ETA. Juan Carlos y Sofía asistieron, junto los príncipes de Asturias, a las honras fúnebres por el guardia civil Raúl Centeno, asesinado el sábado en el sur de Francia. La presencia excepcional de los Reyes se produce un día después de que todas las fuerzas parlamentarias se reunieran, por vez primera en una década, para condenar juntos una acción etarra y convocar una concentración contra el terrorismo. El hecho de que sea el primer atentado mortal de ETA en el país vecino añade sin duda complejidad al suceso. Hay otra circunstancia extraordinaria que coincide con la presencia del Rey, y es que la Corona se ha visto cuestionada en los últimos tiempos desde sectores independentistas y también de la derecha.

A la ceremonia asistieron José Luis Rodríguez Zapatero y varios ministros, entre ellos los de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y Defensa, José Antonio Alonso. De los grupos políticos firmantes del comunicado conjunto del Congreso, acudió una representación del PP, con Mariano Rajoy al frente, y Gaspar Llamazares, de IU. Destacó la ausencia en el funeral de los presidentes del Congreso y el Senado.

INSULTOS El jefe del Ejecutivo fue objeto de algunas imprecaciones al concluir el acto --"¡fuera, fuera!", se escuchó entre los invitados--, y medio centenar de exaltados le gritaron "traidor" y "sinvergüenza" al abandonar la Dirección General de la Guardia Civil. Por contra, Rajoy fue ovacionado en el exterior con gritos de "¡presidente!", que él correspondió agitando el brazo mientras subía a su coche oficial.

La familia real no tiene por norma presidir funerales por víctimas del terrorismo. En asesinatos de ETA, solo lo ha hecho tres veces: por el constitucionalista Francisco Tomás y Valiente, en 1996; por el concejal del PP Miguel Angel Blanco, en 1997, y por el también concejal del PP Alberto Jiménez Becerril y su esposa, Ascensión García. A los dos primeros actos asistió el príncipe Felipe y al tercero, los Duques de Lugo. La única vez que la familia real en pleno ha presidido un funeral por terrorismo fue por los atentados del 11-M, el 24 de marzo del 2004, cuando ya estaba descartada la pista etarra.

El atentado que costó la vida al agente Centeno y que tiene entre la vida y la muerte a su compañero Fernando Trapero puede llevar al Gobierno a precipitar determinadas actuaciones en la lucha contra ETA.

Así lo apuntó ayer desde Nueva York la vicepresidente primera del Gobierno, informa Joan Cañete. María Teresa Fernández de la Vega calificó de "indecencia" no condenar un atentado, en referencia a ANV. Dijo que la no condena por ANV es "un indicio más que los juzgados deben determinar".