La diputada y portavoz de UPD, Rosa Díez, arremetió ayer en Bilbao contra las dos joyas de Cataluña y Euskadi: el Estatut y el concierto económico. Sentenció que la Carta catalana hace "inviable e insostenible" el modelo de "confederación imperfecta" diseñado para España. Y reclamó que se revise el cálculo del cupo vasco y de la aportación navarra, esto es, las cantidades que ambas comunidades aportan al Estado por el coste de las competencias no traspasadas. En una conferencia en el Fórum Europa, que Díez tuvo que interrumpir durante más de 30 minutos por un mareo producto de una bajada de tensión, la dirigente de UPD se empleó a fondo contra el concierto vasco. Lo hizo consciente de que ni el PSE ni el PP cuestionan el instrumento que regula las relaciones tributarias entre Euskadi y el Estado.

UN ESPECTADOR DE LUJO Ante la mirada atenta del expresidente del PNV Josu Jon Imaz --ahora alto ejecutivo de Petronor, empresa patrocinadora del foro--, Díez aseguró que Navarra aporta cada año al Estado 640 millones de euros menos de lo que le correspondería pagar y que esa cantidad asciende a 2.060 millones en el caso del País Vasco. La diputada no explicó cómo ha calculado esas cifras, pero sí dijo que los españoles no tienen por qué subvencionar "el chiringuito nacionalista".

Acusó al presidente José Luis Rodríguez Zapatero de abrir una crisis en el sistema de financiación autonómica por atender las exigencias del Ejecutivo de Cataluña y aventuró imposible una salida con el actual modelo de organización territorial. Según defendió, la política española está dominada por "las concesiones", ya que, prosiguió, el Gobierno central "ha renunciado a hacer política de Estado y se ha conformado con ser el coordinador de las 17 comunidades autónomas".

En cuanto al resultado de las elecciones del próximo 1 de marzo, Díez animó a los votantes a "no poner a otro lendakari que haga lo mismo y gobierne igual" y aseguró que la alternativa en Euskadi es "más democracia y un gobierno constitucionalista". La líder de UPD afirmó que en el Parlamento vasco solo queda por ver al PNV en la oposición, "porque ya le toca y porque sería bueno", dijo, para concluir que echar a los nacionalistas de Vitoria "representaría el final de la transición en la comunidad autónoma vasca".

Por su lado, el PNV mantuvo ayer viva la polémica sobre el debate electoral de candidatos a lendakari. La formación nacionalista aseguró que el debate televisado que mejor representa las "alternativas reales de gobierno es el debate a tres" --PNV, PSE y PP--, aunque apuesta "firmemente" por mantener un encuentro entre los seis candidatos para "no discriminar a una parte importante de los vascos".