El ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha asegurado hoy que, en el momento de la detención de los tres etarras en Francia, el jefe de la banda terrorista, Ibon Gogeaskoetxea, estaba despidiendo a Beniat Aguinagalde y a Gregorio Jiménez, para que entraran en España "con las peores intenciones".

En rueda de prensa, Rubalcaba ha explicado que Aguinagalde y Jiménez formaban parte de un comando que estaba preparado para pasar de Francia a España y ambos tenían una "personalidad muy complementaria", ya que al primero se le atribuyen los asesinatos de Isaías Carrasco e Iñaki Uría, mientras que Jiménez "es un hombre con experiencia que ha trabajado en el traslado de material".

El ministro ha dicho que: "Deducimos que se trataba de un comando especial que estaba siendo despedido por el jefe del aparato militar, que es una regla que cumple ETA. Cuando el comando va a entrar en España, las instrucciones se las da personalmente el jefe".

Rubalcaba ha informado que la operación sigue abierta y ha detallado que en el registro de la casa alquilada por los etarras la policía se ha incautado de dos pistolas, un revólver, una pequeña cantidad de explosivo, ordenadores y material informático, material para la fabricación de zulos, dinero en efectivo y un juego de grilletes "que es un elemento poco habitual en la dotación de los comandos", ha subrayado.