Cinco veces insistió ayer en subrayar el ministro del Interior francés, Nicolas Sarkozy, tras reunirse en la Moncloa con José Luis Rodríguez Zapatero, que el problema de ETA "es un tema interno de España". No significa que a Francia no le interese la resolución el conflicto de terrorismos en España, aclaró. Pero, por su insistencia, pareció un mensaje dirigido especialmente a los miembros de la banda, que en todos sus comunicados, tras el anuncio de la tregua indefinida, han exigido un pronunciamiento a Francia. Y también a Batasuna, que el viernes entregó una carta con sus reivindicaciones, dirigida al presidente Jacques Chirac.

Tema", "asunto" y "cuestión" fueron los términos que usó Sarkozy para referirse al proceso de diálogo abierto por Zapatero, con quien mantuvo una entrevista de dos horas. El ministro francés, que el viernes se reunió con su colega español, Alfredo Pérez Rubalcaba, dejó claro que Francia no piensa "inmiscuirse" en el debate político español sobre un "tema de Estado", que calificó de "importante, delicado y difícil", razones por las que se precisa "mucha discreción y reserva".

CONFIANZA Pese a su ideología e derechas y su amistad con dirigentes del PP --el viernes cenó con Aznar--, Sarkozy no hizo suyos los temores de los conservadores españoles. Destacó el "clima de confianza" de su entrevista con Zapatero y no puso reparos a que ambos países sigan trabajando por el fin de la violencia.