Previstos de prismáticos y lentes de gran aumento, algunos gibraltareños quisieron ser ayer testigos de cómo, una vez más, la madre patria Gran Bretaña desafiaba las advertencias de la vecina España. El submarino nuclear Tireless , el Incansable de la Real Armada británica, atracaba en el puerto de Gibraltar a pesar de las quejas del Gobierno español. De nuevo, se repite el mismo episodio de hace cuatro años, cuando el sumergible llegó al puerto de la Roca para ser reparado de una avería en el sistema de refrigeración de su propulsor. Y se quedó un año.

En esta ocasión, según asegura el Reino Unido, la estancia será breve, de unos cinco días, ya que se trata de una escala recreativa en el camino de regreso a la base de Pormouth, cuartel general de los submarinos de la clase Trafalgar.

Escolta policial

Pasadas las nueve de la mañana ya se divisaba en la bahía el polémico sumergible escoltado por las policías gibraltareña e inglesa. Se esperaba que su tránsito hasta el muelle se realizara sin problemas pero, de repente, el Incansable parecía haberse cansado y se quedó inmóvil durante más de una hora. Y es que los agentes trataban de evitar que el submarino fuera fotografiado por unos periodistas que lo esperaban a bordo de un barco en Punta de Europa. Salvado el obstáculo a las 10.30 horas, el Tireless comenzaba las maniobras para atracar en el puerto.

"Para nosotros esto es normal, no pasa nada", decía enfadado un vecino de la Roca con el peculiar acento angloandaluz que les caracteriza, "El submarino no es peligroso, sino la refinería que tenemos ahí enfrente", se quejaba señalando las instalaciones de Cepsa en la bahía de Algeciras. Una opinión que en nada comparten los ecologistas del campo de Gibraltar. El presidente de Verdemer, Antonio Muñoz, advertía de que la reparación a la que fue sometido el submarino en su visita anterior fue "temporal, con una fecha de caducidad de dos años". Por lo que, según Muñoz, el sumergible lleva ya más de 12 meses navegando por el mundo sin las medidas de seguridad adecuadas.

Ante la duda, los alcaldes del Campo de Gibraltar han convocado los plenos de sus ayuntamientos para aprobar una moción urgente en la que condenan la presencia del Tireless y piden al Gobierno español que negocie alguna medida para evitar el tránsito de naves nucleares por el Estrecho.

También el Defensor del Pueblo andaluz, José Chamizo, ha realizado una queja en el mismo sentido, mientras que el presidente de la Junta, Manuel Chaves, ha levantado el teléfono para mostrar su malestar al embajador británico en España.

Pero el Tireless ha conseguido de nuevo llegar a las discutidas tierras gibraltareñas y allí permenecerá hasta que la Royal Navy lo decida. Para celebrar la nueva escala, a las siete de esta tarde el comandante del submarino, Philip Titterton, ofrecerá hoy una recepción a las autoridades gibraltareñas a bordo de la propia nave.