La Guardia Civil controla la seguridad de las aeronaves en los aeropuertos civiles. Si son aviones comerciales, verifica la carga y los equipajes. El control de los viajeros corresponde al Cuerpo Nacional de Policía. Los agentes pueden entrar en el avión en una investigación con cobertura judicial que afecta a algún pasajero o si tienen datos de que la aeronave transporta mercancías prohibidas

En las escalas técnicas --los pasajeros no abandonan la aeronave-- la policía no se acerca al aparato ni lo registra a menos que lo soliciten los tripulantes. La misma fórmula se aplica también a los aviones oficiales o diplomáticos, que incluso hacen constar en su plan de vuelo que se trata de este tipo especial de operativo. La mayoría de las operaciones de aviones militares, oficiales o similares suelen hacerse de noche o de madrugada para pasar más desapercibidos.

Según las normas de aviación civil, la aeronave no se considera morada, por lo que si un avión transporta detenidos de terceros países y realiza una escala de más de dos horas, la Guardia Civil debe intervenir, verificar las condiciones de los pasajeros y obligar en su caso a la tripulación a que disponga el desalojo de la nave.

Salvo en emergencias, ningún avión puede aterrizar si no tiene asignado un plan de vuelo y un slot (hora de operación).