La Policía Nacional, en colaboración con la Policía Nacional de Colombia, ha desarticulado una organización cuyos integrantes se hacían pasar por agentes de la autoridad para saltar domicilios, fundamentalmente los de otros grupos narcotraficantes, y apoderarse del dinero y la droga, que posteriormente manipulaban y vendían. En los registros realizados en el marco de esta operación, los agentes localizaron, entre otras cosas, un laboratorio de cocaína, varias armas de fuego con abundante munición, placas policiales falsas y más de 180.000 euros.

La investigación que ha permitido estas seis detenciones se inició hace tres meses, cuando los agentes detectaron la comisión de varios robos en domicilios por parte de un grupo de delincuentes armados que se atribuían la condición de policías. Concretamente, el pasado 22 de abril una mujer denunció haber sido abordada por un varón que se identificó con una placa de policía y que portaba un equipo de transmisiones.

Según relató la víctima, en ese momento fue agarrada por el brazo y obligada a dirigirse al interior de su vivienda, con el pretexto de dar cumplimiento a un mandamiento de entrada y registro. Sin embargo, al subir las escaleras del inmueble, pudo ver como otro dos veranos esperaban en el descansillo y, bajo amenazas, la hicieron abrir la puerta de su casa. Una vez en el interior, los detenidos la arrojaron sobre el sofá y empezaron a desvalijar su piso. En pocos minutos, abandonaron precipitadamente el lugar con un botín de 25.000 euros, un ordenador portátil y varias piezas de joyería.

Tras esta denuncia, las primeras pesquisas revelaron que los asaltantes pertenecían a una red internacional que se dedicaba principalmente a la comisión de robos en domicilios, la mayoría propiedad de ciudadanos dedicados al tráfico de cocaína. En estos actos delictivos, pretendían apoderarse del dinero producto de este mercado ilícito y de las sustancias estupefacientes.

ROBO DE UNA PARTIDA DE COCAINA

En su última actuación, después de haberse desplazado a las localidades de Benalmádena, Torremolinos y Mijas Costa, donde había robado una partida de cocaína, el grupo inició los contactos para su distribución. En este sentido, los agentes pudieron comprobar que el pasado 16 de junio los detenidos vendieron un kilogramo de esta sustancia en Alcorcón (Madrid), por lo que procedieron a detener al comprador y a incautar la droga.

A continuación, la policía averiguó que los investigados iban a asaltar de forma inminente un chalet del municipio madrileño de Valdemoro, al parecer ocupado por varios narcotraficantes. A partir de ese momento, los agentes, con apoyo del Grupo Especial de Operaciones, actuaron en Madrid, Getafe, Pozuelo de Alarcón y Marbella, donde detuvieron a los integrantes de la organización.

En el transcurso del operativo también se practicaron diversos registros, en los que se ha localizado un laboratorio de cocaína, nuevas armas de fuego con abundante munición, cinco pistolas de descargas eléctricas, placas y carnets profesionales falsos de agentes de los cuerpos de seguridad, chalecos antibalas, grilletes y pasamontañas. Por su parte, en la vivienda donde residía el máximo responsable de la organización, fueron intervenidas varias pistolas de descargas eléctricas, relojes, así como más de 180.000 euros. En el momento del asalto a la vivienda por agentes del GEO, el líder se encontraba rompiendo billetes de 50 euros que trataba de evacuar por el inodoro del baño de la vivienda, que ya se había atascado.

Sobre las características de este grupo delictivo, los investigadores señalaron que contaba con una compleja infraestructura, una gran movilidad geográfica e importantes y estables contactos con miembros desleales de redes de narcotraficantes, que les facilitaban información privilegiada. Los detenidos también disponían de una supuesta empresa de seguridad que daba soporte a sus actividades y era utilizada para documentar los vehículos que empleaba. Asimismo, disponían de otros dos negocios que utilizaban como tapadera y con los que blanqueaban el dinero producto de esos ilícitos. La banda contaban también con un laboratorio de cocaína en Madrid, donde manipulaba y adulteraba los estupefacientes que sustraía para venderlos a otros traficantes e introducirlos así en el mercado.