CiU volvió ayer a lanzar su artillería pesada contra el tripartito. Artur Mas acusó al futuro Gobierno catalán de "sembrar la semilla de la discordia" por justificar su pacto en que "hay que integrar plenamente" a los inmigrantes de décadas anteriores. "Si querían el poder, ya lo tienen, pero el poder y el Gobierno catalán no se pueden conseguir al precio de introducir la división allí donde no hay", dijo el jefe de la oposición.

Como respuesta a la investidura del socialista Pasqual Maragall, la federación reunió ayer a 2.500 personas en el Palacio de Congresos de Barcelona en un acto de reafirmación.