El senador del PP por Melilla, Carlos Benet Cañete, comparó ayer al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con los golpistas Tejero y Pavía además de calificarle de presidente "accidental" porque, a su juicio, "llegó al Congreso en un tren de cercanías" (en alusión al 11-M). El secretario general del PP, Angel Acebes, desautorizó inmediatamente al senador y avanzó que será sancionado como se contempla en los estatutos del partido. Acto seguido, Benet se desdijo y pidió disculpas.

EL MAS VETERANO El senador por Melilla es el más veterano de la actual legislatura, ya que lleva ininterrumpidamente desde 1986 en la Cámara alta. Durante una rueda de prensa para comentar el nuevo curso político, Benet sostuvo que Zapatero es "un presidente por accidente". Cuando se le preguntó por qué, Benet repuso que "no hay que olvidar nunca cómo se produjeron las elecciones".

Haciendo gala de un sentido del humor más que dudoso, Benet resumió así lo que considera la historia política del último siglo: "Humorísticamente algunos lo entendemos así. Recordamos que Pavía entró a caballo en el Congreso, Tejero con una pistola y el señor Zapatero con un tren de cercanías". Benet no tuvo bastante. "Yo por lo menos lo matizo y lo veo así en el sentido irónico, no fueron unas elecciones muy leales que digamos las que auparon al poder al gran demagogo", añadió.

La salida de tono del senador melillense sorprendió a Acebes en una rueda de prensa en la que daba cuenta de las decisiones adoptadas por la junta directiva nacional del partido. El secretario general del PP afirmó que no compartía "en absoluto" las declaraciones y aseguró que, "en el caso de que fueran ciertas", actuará conforme marcan los estatutos y las normas internas del partido.

LA AUTORIDAD DE RAJOY Por su parte, el secretario de organización del PSOE, José Blanco aseguró que esas declaraciones "se descalifican por sí mismas" y exigió al presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, que "si tiene algo de autoridad en su partido, las desautorice".

El escándalo obligó a Benet a rectificar. Aunque explicó que sus comentarios formaron parte de "una conversación informal" y "en ningún caso eran una declaración pública", admitió que resultaron "desafortunados". Benet, que aseguró que "en modo alguno pretendía poner en duda la legitimidad de los resultados de las elecciones generales" del 14 de marzo del 2004, pidió perdón públicamente y dijo que retiraba sus palabras.