Algunos valores tradicionales prevalecen sobre el interés pecuniario a pesar de la dureza de la crisis, según el barómetro. Solo un 10,2% considera que, en el caso de que uno de los miembros de la pareja tenga que trabajar menos para ocuparse de los hijos, debería hacerlo el que tenga un empleo peor remunerado, frente al 45,7% que opina que independientemente de los ingresos, la mujer tendría que sacrificar su trabajo para hacerse cargo de las tareas del hogar.