La promesa de José Luis Rodríguez Zapatero empieza a tomar forma. El ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, dio ayer el primer paso para organizar en noviembre la anunciada Conferencia de Presidentes (autonómicos). A todos ellos les envió una carta en la que les comunica que deja en sus manos la decisión sobre el formato de esa inminente cumbre autonómica.

El ministro pide a los mandatarios que designen a un consejero autonómico como interlocutor para participar, ya en septiembre en Madrid, en una "reunión preparatoria" de la Conferencia de Presidentes. Sevilla adelanta que uno de los asuntos a tratar será "la misma naturaleza" de esta cumbre: si debe tener "carácter vertical", con la asistencia del presidente del Gobierno y los autonómicos, u "horizontal", con la presencia sólo de estos últimos.

EXPERIENCIAS FEDERALES En un documento adjunto, el ministro recuerda que las experiencias de "algunos estados federales" permiten organizar la cumbre con un formato u otro, pero que la decisión queda en manos de las autonomías.

Del mismo modo, el ministro Sevilla pregunta a los presidentes autonómicos si desean regular la Conferencia de Presidentes en un "documento jurídico", sea una norma estatal u "otro instrumento de cooperación". El reto, agrega, es "combinar la flexibilidad con la voluntad común de garantizar la permanencia y continuidad" de estas cumbres.