Empieza a verse por dónde van los tiros en esta sucesión de visitas inoportunas de personalidades británicas a Gibraltar, a raíz del oportuno aniversario de la toma del Peñón. Atizar las protestas españolas por Gibraltar es una forma británica de guiñarle el ojo a los marroquís por Ceuta y Melilla y generar cizaña. Parece que así lo han entendido los norteamericanos, que se retiran del show gibraltareño.

Madrid desea un reacercamiento a Washington en temas árabes y Marruecos, firme aliado de EEUU, es la clave. Y Londres intenta evitar un predominio hispano-marroquí conjunto en el Estrecho.

*Profesor de Historia de la UAB.