"En los plenos de Cabanes no se habla de política. Cuando proponemos o denunciamos algo nos contestan con insultos". La queja es de Carles Mulet, único concejal de Esquerra Unida (EU) en este municipio castellonense, y su respuesta, una moción para que se instale un control de alcoholemia a la entrada de cada sesión plenaria.

Aunque Mulet no acusa a nadie en concreto, todo el pueblo sabe que se refiere al alcalde, Artemi Siurana, del PP, con quien desde hace un año mantiene un duro enfrentamiento que ha convertido las reuniones de la corporación local en auténticas batallas campales.

Malestar vecinal

Mulet asegura que su moción es "simbólica", pero los vecinos creen que "toda España" pensará que Cabanes "es un pueblo de borrachos". Lo mismo ocurre con la respuesta del alcalde, que replicó que el grupo municipal del PP "ampliará la propuesta para que también se instalen medidores de droga".

La mayor parte de vecinos ven "exagerada" la propuesta de Mulet, aunque admiten que "se pasan con los insultos". Algunos lo acusan a él de "borracho y drogadicto", además de "querer la miseria para Cabanes diciendo que no a todo". Unos cuantos, muy pocos, apoyan el alcoholímetro.

La farmacéutica Teresa Gilabert no cree que "los insultos provengan del alcohol, sino de la crispación" y rechaza, con conocimiento de causa, el medidor de drogas porque "no hay pruebas fiables para eso".

La concejal Teresa Sidro, alcaldesa socialista entre 1991 y 1999, lamenta "la imagen que Mulet y Siurana dan del pueblo". No se siente aludida cuando se habla "de alcohol y droga" y avisa de que no va a "consentir" que se le haga la prueba. La edil niega haber visto a concejales borrachos en un pleno.

Por eso, pide trasparencia. A EU, que denuncie "con nombres y apellidos", y al alcalde, "que deje entrar a las cámaras de la televisión local" para que "todos vean lo que ocurre realmente". Esta demanda la comparte Mulet, para que, "además de escuchar los insultos", los vecinos sean testigos de "cómo el PP rechaza una moción que condena el nazismo y pide el reconocimiento de las víctimas del campo de concentración de Mauthausen".

Aunque los plenos no se emiten, sí se graban por los servicios municipales. A esas cintas apela la exalcaldesa para que "se sepa que se trata de una disputa personal" entre las ansias de "protagonismo" de Mulet y la falta de transparencia del alcalde. A su juicio, Siurana "no quiere que nadie le rebata" y asegura que los ediles "no están preparados para salir en televisión".

Operación urbanística

Mulet explica el apagón informativo y el recurso a la descalificación en el nulo interés por debatir sobre el futuro del pueblo. Cabanes, con 3.000 habitantes y un término municipal de 108 kilómetros cuadrados, está en el centro de lo que, si triunfan los planes urbanísticos del presidente de la Diputación, Carlos Fabra, será Mundo Ilusión. Es la fantasía de cualquier constructor: 20 millones de metros cuadrados (16 de ellos en el término de Cabanes) para construir un parque temático y viviendas para 200.000 personas.

El pastel se lo disputan Lubasa y la promotora de la urbanización Marina d´Or, situada en la vecina Oropesa. Por Cabanes pasará además el acceso desde el complejo turístico hasta el futuro aeropuerto de Castellón. La construcción está paralizada porque afecta a un paraje de alto valor ecológico. Muchos vecinos ya han vendido sus campos a estas empresas a buen precio y otros están a la espera.