El socialista Rafael Simancas anunció ayer su deseo de optar a la investidura como presidente madrileño, pero garantizó que no asumirá el poder con el apoyo de los traidores Eduardo Tamayo y Teresa Sáez. Simancas aprovechará su intervención en el debate de investidura, que se celebrará el próximo viernes y sábado, para presentar el programa de un Gobierno "decente" conjurado contra la especulación y para denunciar la supuesta trama político-inmobiliaria oculta tras ambos desertores.

Tamayo anunció ayer que tanto él como Sáez apoyarán la investidura de Simancas. En principio, el candidato socialista rechaza lograr la presidencia con sus votos, pero la decisión está en el aire. Varios dirigentes del PSOE le presionan para que, si supera la investidura, forme Gobierno y abra un proceso electoral que pilotaría desde la presidencia.

VISTO BUENO DE ZAPATERO

Simancas anunció ayer su decisión de acudir a la investidura tras meditarlo el fin de semana y recibir el visto bueno del líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero. Ayer se lo comunicó a la presidenta de la Asamblea, Concepción Dancausa, que convocó el pleno para este viernes. La votación se celebrará el sábado.

El candidato socialista alegó que nunca renunció a optar a la investidura, pero mantuvo su compromiso de no ser presidente con los votos de Tamayo y Sáez. Para ello, su equipo estudia varias fórmulas, como forzar la ausencia de algunos de sus diputados para evitar un triunfo de su candidato "contaminado" por el voto de dos traidores.

La cúpula del PSOE prefiere, en cambio, que Simancas forme Gobierno con IU y luego convoque otras elecciones, arrebatando así la iniciativa política al PP, partidario de repetir los comicios del 25-M sin investir a ningún presidente. El portavoz en el Congreso, Jesús Caldera, matizó: "Las elecciones se podrán o no convocar, pero repetirlas sería admitir su falsificación". Tampoco Alvaro Cuesta, miembro de la ejecutiva, excluyó que Simancas logre la presidencia y a continuación convoque elecciones.

Tanto la dirección federal como la de la Federación Socialista Madrileña (FSM) habían animado a Simancas a concurrir a la investidura para desbloquear la situación, y de paso dejar constancia de que el deseo mayoritario de los votantes madrileños era tener un Gobierno de izquierdas.

Fuentes de la FSM atribuyeron el cambio de criterio de Simancas a la negativa del PP a agotar el plazo legal de dos meses para convocar las elecciones y su apoyo a los tránsfugas Tamayo y Sáez para acceder al Grupo Mixto.

La popular Esperanza Aguirre acusó a Simancas de "engañar" a los madrileños y descartó optar a la investidura si fracasa su rival.