Rafael Simancas, candidato del PSOE a la presidencia de la Comunidad de Madrid, cerró ayer todas las puertas a gobernar con el voto de los dos diputados traidores, Eduardo Tamayo y Teresa Sáez, pero se mantuvo firme en agotar todas las posibilidades para investigar la trama político-inmobiliaria que ha bloqueado la institución. Reconoció estar abocado a unas nuevas elecciones y arremetió sin piedad pero con frialdad contra el PP por sacar beneficios de la crisis abierta el pasado día 10.

El líder socialista madrileño consiguió ayer, con su discurso de investidura, el objetivo de denunciar la trama, a la que le adosó toda clase de intereses políticos de la derecha. En una hora y diez minutos Simancas detalló la conspiración por la que Tamayo y Sáez traicionaron al PSOE, hizo autocrítica, pidió perdón por llevarlos en su lista y propuso una serie de medidas de regeneración democrática y sobre política de vivienda para acabar con la especulación.

"Que los cheques no derroten a las urnas", afirmó como resumen de su deseo de que los intereses ajenos a la política condicionen la formación de gobiernos. Pero dudó de la actitud del PP. "Siento un escalofrío porque no veo la misma determinación", subrayó.

LA CONCIENCIA

"No tengo estómago para gobernar con esos dos", dijo, despreciando el apoyo de Tamayo y Sáez por "ser incompatible" con su "conciencia personal y política". Para Simancas, un gobierno "no puede ser prisionero de corruptos y estar expuesto al chantaje de individuos sin escrúpulos".

De nuevo, les pidió que renuncien al escaño, pero dijo que esta salida "no le gusta al PP" porque quiere impedir que la izquierda gobierne en Madrid ya que, en su opinión, la derecha no da por bueno el resultado de las urnas.

Todas las referencias de Simancas a la vinculación de los traidores con el Partido Popular, estuvieron salpicadas de la palabra "casualidad" que el candidato empleó con ironía.

Para Simancas, la crisis institucional de Madrid ha sido la "situación más amenazadora para la democracia en los últimos 20 años". En este caso, el ruido de sables ha sido sustituido por el de los "talonarios" con efectos igualmente "destructivos".

Con este diagnóstico, definió la estrategia del PP como "a Dios rogando y con el mazo dando" al seguir un camino que hiciera posible "que la intentona fuera un hecho consumado". Los pasos de los populares fueron presentar una candidata a la presidencia de la Asamblea, forzar la elección de la diputación permanente y la creación del Grupo Mixto para dar cobijo a los dos desleales.

Simancas reprochó a los conservadores que ante una situación de "emergencia democrática" no hayan tenido "altura de miras ni sentido de Estado". "Les pierde el sectarismo", remachó.

VENTAJAS POLITICAS

Personalizando en Esperanza Aguirre, el candidato socialista le dijo que si ella hubiera ganado las elecciones "limpiamente" y alguien tratara de impedir que gobernase o hubiera un traidor en su partido, "lo condenaría y no lo cobijaría" y "hubiera rechazado de plano" que alguien le brindara la posibilidad de obtener ninguna ventaja política.

Para atribuir la conspiración a los intereses de los especuladores, Simancas recordó que en la pasada campaña electoral prometió acabar con la opacidad en la política de urbanismo y vivienda.

Expresó su convencimiento de que los constructores y promotores poco honrados entendieron el mensaje: "Si gobierna Simancas, se acabó el chollo". El candidato del PSOE sacó la siguiente conclusión: "Algunas personas y grupos económicamente poderosos consideran que sus intereses particulares están bien protegidos con un gobierno del PP".

Simancas no eludió hablar de los dos traidores incluidos en su lista. "Para mi vergüenza", dijo, y achacó a cuestiones internas del PSOE --evitar conflictos y favorecer la integración--, hacerlos candidatos. "Por ello pedimos disculpas", añadió.

INDIGNOS

Reiteró que la actitud de Tamayo y Sáez, "no tiene relación con discrepancias políticas internas" y pese a que militantes de la FSM no los veían con buenos ojos, "no se les consideraba tan indignos como han resultado ser".

Tras recordar la expulsión inmediata de los traidores, Simancas dijo que los conservadores tienen mucho que explicar. "Los corruptos estaban en el PSOE y ya no están. Los presuntos corruptores estaban y siguen estando en el PP, que los ampara y defiende", sentenció.