A los pies de las escalinatas de la Moncloa, los fotógrafos esperaron ayer en balde. Llegó en coche Carod-Rovira a la Presidencia del Gobierno, pero el anfitrión frustró la foto de bienvenida porque no bajó a recibir al líder de ERC. En su anterior cita, el 25 de febrero, fue el retraso de Carod el que abortó la instantánea, que sí se pudo captar en la reunión de septiembre del 2004.

Si hubiera sido Aznar, que medía el significado político de cada gesto, la anécdota se hubiera interpretado como un desaire. Pero en Zapatero, según fuentes oficiales, no hay que buscar segundas lecturas: no recibió a Carod porque estaba reunido con el ministro francés de Interior, Nicolás Sarkozy.