El anuncio del PP de reformar a toda prisa la ley de extranjería ha caído como un obús entre los inmigrantes y los sindicatos. "Esta reforma es pura demagogia; sólo responde a intereses políticos", opina Karim Ouaraab, portavoz de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquís en España. "Y es lamentable --prosigue-- que se utilice a personas que sufren para conseguir votos".

Gassan Saliba, portavoz del Centro de Información de Trabajadores Extranjeros de CCOO, comparte este criterio. "El PP utilizará la inmigración desde una óptica negativa hasta llegar a las elecciones generales". "Han detectado cierto racismo a nivel de calle y quieren aprovecharlo poniendo a la inmigración en el candelero electoral", asegura Imma Matas, letrada adscrita a Cáritas.

Chus Blanco, portavoz de SOS Racismo, opina que la reforma propuesta por el PP, "sólo pretende aumentar la represión sobre la inmigración". Abdelkader Aslimani, de UGT y con 11 años en España, opina que con estas medidas "siguen sin dejarnos votar, nos obligan a estar callados y fomentan a los partidos xenófobos".

La Unión Sindical Obrera (USO), por su parte, consideró que "la reforma que debería hacerse es la que permita la entrada legal de la inmigración que viene a trabajar, abriendo el régimen general y erradicando las situaciones de abuso".